Una buena conciencia no teme a ningún testigo (Séneca)
OPINION
Impresiones
Cuando se dice una cosa y su contrario
En su viaje oficial a Argelia, el Rey afirmó ayer ante el presidente Bouteflika que es «urgente» encontrar una «solución justa» para la ex colonia española del Sáhara Occidental. Esa solución tiene que respetar las resoluciones de la ONU y, por tanto, «la libre determinación» del pueblo saharaui, en palabras del monarca. Esta declaración se produce 24 horas después de la decisión del Gobierno argelino de elevar el precio del gas que vende a España. El alza se produjo pocos días después de que Zapatero afirmara en Rabat que España respalda que el Sáhara sea un territorio bajo la soberanía marroquí, palabras que fueron recibidas en Argel como una bofetada. El Rey intentó ayer, sin duda, reequilibrar la posición de España, pero resulta imposible -como pretende Zapatero- defender simultáneamente la tesis de la soberanía marroquí y el derecho a decidir de los saharauis, que llevan tres décadas en una semiguerra con el régimen de Rabat.