La sonda espacial Cassini, en órbita alrededor de Saturno desde el verano de 2004, acaba de descubrir varios lagos gigantescos en Titán, el mayor de los más de 30 satélites que posee este planeta y el más interesante de todos ellos desde el punto de vista científico.
Entre los nuevos lagos detectados, destaca uno de aproximadamente 100.000 kilómetros cuadrados de superficie, con lo que supera en tamaño a algunos mares terrestres y se convierte en la mayor estructura líquida hallada en Titán. De hecho, los responsables del hallazgo en la NASA prefieren referirse a él como un mar, y no como un lago. La realidad es que ningún lago de la Tierra lo igualaría en tamaño (el lago Superior, en Norteamérica, tiene 82.000 kilómetros de superficie).
De momento, no existen pruebas definitivas de que estas irregularidades, que se encuentran en latitudes cercanas al polo norte del satélite de Saturno, estén compuestas por material líquido, pero todo apunta a que así es. Por un lado, sus orillas son irregulares como las de un mar o un lago; además, aparecen como una mancha oscura en las imágenes del radar de la Cassini, y ésta suele ser la huella de los depósitos líquidos.
Dadas las altísimas temperaturas de la superficie de Titán, donde se alcanzan los 178º C bajo cero, los lagos probablemente contienen metano u etano, dos hidrocarburos que abundan en la densa atmósfera de esta luna de Saturno y que en la Tierra solemos encontrar en estado gaseoso. Los responsables de la misión creen que los lagos están compuestos por una mezcla de ambas sustancias.
La sonda Cassini, junto a la nave europea Huygens que la acompañó hasta Saturno y descendió hasta la superficie de Titán, han mostrado que los grandes lagos y mares de hidrocarburos sólo se encuentran en este satélite en regiones cercanas a los polos, pese a que antes se pensaba que toda la luna estaría cubierta por océanos de etano y metano.
Riachuelos abundantes
En todo caso, sí parecen abundar los riachuelos de hidrocarburos líquidos en el resto del satélite, y la mayor de las nuevas estructuras desciende hasta los 55º de latitud, una coordenada que en nuestro planeta se correspondería, por ejemplo, con el norte de Alemania.
Este gran lago, que aún no ha sido bautizado, es casi tan grande como el mar Caspio, y se estima que ocupa al menos un 0,12% de la superficie de Titán, mientras que el mar Negro, el mayor de los mares interiores de la Tierra, tan sólo se extiende a lo largo de un 0,085% del suelo de nuestro planeta.
De hecho, la presencia de este mar de hidrocarburos avala la teoría aceptada en la actualidad de que Titán, pese a carecer de los grandes océanos que se le atribuían en un primer momento, sí logra mantener un ciclo hídrico similar al que se da en la Tierra con el agua. De esta forma, la mezcla de etano y metano de los lagos se evaporaría y surtiría de estos compuestos a la atmósfera, donde se acumularían en grandes nubes hasta acabar precipitando de nuevo.
«Hemos mantenido durante mucho tiempo la hipótesis acerca de océanos en Titán, y ahora, con instrumentos múltiples, tenemos un primer indicio de mares que hacen parecer pequeños a los lagos vistos previamente», indicó Jonathan Lunine, científico de la Universidad de Arizona, Tucson, que colabora en la misión de la NASA.
Titán es la segunda luna en tamaño del sistema solar, después de Ganímedes, uno de los satélites de Júpiter, y es aproximadamente un 50% más grande que la luna de la Tierra.
Tras los nuevos descubrimientos, el equipo de la misión Cassini ha decidido reubicar los instrumentos de radar de la nave espacial durante el próximo mes de mayo, de forma que éstos puedan observar directamente los lagos de hidrocarburos y precisar su composición y tamaño.
El planeta rojo a vista de pájaro
A. D.
La NASA acaba de presentar dos animaciones que muestran a vista de pájaro las dos regiones de Marte que están recorriendo en la actualidad sus robots exploradores, el 'Spirit' y el 'Opportunity'.
Compuestas a partir de las imágenes tridimensionales obtenidas por la nave 'Mars Reconnaissance Orbiter', las animaciones ofrecen recorridos aéreos por dos de los lugares más apasionantes del planeta rojo: las montañas de 'Columbia', que el 'Spirit' estudia desde 2004, y el cráter Victoria, al que accedió el 'Opportunity' en septiembre del año pasado.
Ambos lugares albergaron en el pasado las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida, según han podido confirmar los propios robots durante los últimos años. La cámara de alta resolución de la 'Mars Reconnaissance Orbiter' tomó imágenes de estas regiones desde distintos ángulos a lo largo de sucesivas órbitas, y a partir de estos datos la NASA ha construido las animaciones para ayudar a dirigir los robots por el terreno.