Live at the Massey Hall, el directo de Neil Young grabado el 19 de enero de 1971 en Toronto, sale a la venta el lunes, treinta y tantos años después. Cuenta Young que «es el álbum que debería haber salido entre After the gold rush y Harvest. David Briggs, mi productor, estaba empeñado en que éste debería ser el disco, pero yo estaba muy emocionado con las grabaciones que hicimos para Harvest y quise sacarlo. David no estaba de acuerdo. Cuando escucho esto hoy, puedo ver por qué. Quiero a David».
La publicación del disco sucede al Live at the Fillmore West, otro legendario concierto, editado en noviembre, que resume las actuaciones que Young ofreció junto a Crazy Horse en la sala neoyorquina en marzo de 1970. Ambos directos viene etiquetados como, respectivamente, los volúmenes segundo y tercero de sus archivos. ¿Y el volumen uno?
Durante años (¡30!) circuló una leyenda: Neil Young preparaba una audiobiografía monumental. No una serie de discos remasterizados y rarezas, no. La ambición de Neil rozaba la megalomanía. Su proyecto abarcaría canciones inéditas, decenas de directos, grabaciones caseras, discos jamás editados, añejas filmaciones, material biográfico, reseñas de cada etapa, textos explicativos, y todo, todo, en impecable sucesión cronológica. Una suerte de viaje por su carrera repleto de información, tesoros y, también, errores.
Lo bueno y lo malo
«De eso trata un jodido archivo. No va de decir: 'Aquí tienes a Neil Young en toda su grandeza, lo grande, lo jodidamente fenomenal'. No es eso lo que quiero. Necesito que la gente sepa lo terrible que era. Lo asustado que estaba y lo grande que fui. La panorámica real, eso es lo que busco. No un producto». Estas palabras, entresacadas de Shakey, la sabrosa y heterodoxa biografía de Young que publicó Jimmy McDonugh, alimentaban el ansia entre los adictos.
Ahora ya es oficial. Reprise Records anuncia el Volumen uno, de la serie, que abarcará el periodo 1963-1972 y contará cinco CD con maquetas, temas de estudio, tres discos en directo, un DVD con la legendaria película Journey throught the past, un DVD con grabaciones extras y un libro de más de 150 páginas, a modo de diario, con fotografías, recortes de las hemerotecas, letras, canciones en facsímil, un etcétera maratoniano. Documentará la por entonces incipiente carrera en solitario del caballo loco del rock así como sus trabajos junto a los seminales Buffalo Springfield y el supergrupo Crosby, Stills, Nash and Young.
Basta hacer la cuenta para entender su magnitud: a partir de 1973, con el triunfal Harvest, la carrera de Young creció exponencialmente; y hasta hoy, cuando cuenta más de 40 discos a sus espaldas. Su empeño por grabar todo lo llevó a contratar a finales de los 80 a un equipo que debía trabajar en los archivos.
El problema es que carecían de la tecnología suficiente, pues Young quería discos interactivos para pinchar en cada tema y encontrar, aparte de la música, toneladas de información. Factor añadido para el retraso del proyecto era el impetuoso pronto del artista, capaz de escribir y grabar un disco en tres días (Living with war) o encerrarse en su estudio/granero durante casi una semana para facturar un magma ininterrupido que luego, cortado, daría origen al memorable Ra-gged glory. Otras hazañas: registrar un tema de casi 40 minutos con hirientes feedbacks guitarreros (Arc), u ofrecer a los seguidores enganchados tras el número uno del feliz Heart of gold, un directo de deprimentes canciones jamás publicadas (Times fades away).
Tras la salida de Live at the Massey, el Volumen uno llegará a mediados de 2007. En estos días de discográficas atribuladas por la piretería, supone un magnífico anuncio: el rock abandona complejos para mostrar a uno de sus máximos hacedores de forma vivificante y pormenorizada. Live at..., al cabo, suena como un trueno, el ansiado rugido que anuncia la tormenta.
