Un mechero que va cambiando de mano en mano conduce al espectador a una serie de historias con el amor, la pasión y la casualidad como elementos en común, por mucho que ocurran en confines alejados unos de otros. «Los mecheros son patrimonio de la humanidad», dijo Reixa, quien explicó que la película -segunda que dirige tras El lápiz del carpintero- se centra en la pasión amorosa.

La variedad de historias hace que la cinta se presente como un relato coral y mestizo, lleno de voces distintas y sentimientos dispares. Rodada en castellano, gallego, euskara, catalán, portugués, inglés, danés y alemán, Hotel Tívoli es un collage de pueblos y naciones, de gentes y culturas. Y en todas ellas, claro, vence la necesidad de amar.

Semejante planteamiento hace que la película alcance la cifra récord de 34 protagonistas. Entre ellos hay nombres conocidos como los de Luis Tosar, Nancho Novo, Mabel Rivera y Cristina Piaget. A ellos se suman intérpretes argentinos, brasileños, daneses y alemanes. El hecho de que sea una coproducción internacional ha ayudado mucho en la elección de lugares y actores.

Reixa reconoce que la disculpa del mechero para unir las historias «no es ni insólita ni original», ya que han sido varios los directores que han usado estructuras parecidas. La elección del encendedor se hace como un «canto a lo cotidiano» y también como un homenaje solidario con las personas «que luchan contra su dependencia del tabaco».

Amores diversos

En ese crisol caben muchas miradas a la pasión amorosa: infantiles, ancianas, celosas, puramente sexuales, imposibles y demasiado reales. Todo va fluyendo en el devenir un tanto caótico del mechero, que es el encargado de mostrar el mundo.

Reixa, también autor del guión junto a Xosé Moraes y Carlos Portela, explicó que todas las historias beben, en cierta medida, de la realidad. «O me han ocurrido a mí o me han contado que han ocurrido», confesó el que fuera letrista y cantante de Os Resentidos.

La música, precisamente, juega un importante papel en Hotel Tívoli, empezando por la presencia de la mexicana Julieta Venegas y terminando por la hermosa canción compuesta para la cinta por Mikel Erentxun, que la interpreta y pasa la gorra junto al Guggenheim de Bilbao. «Duncan Dhu me ha dado oficio, porque dirigí y produje 10 de sus clips», dijo Reixa

La multitud de historias hace que los protagonistas tengan intervenciones cortas, pero intensas. Ése ha sido uno los retos y las dificultades más claras que planteaba la película, ya que apenas permite que el actor pueda definir y crear al personaje que interpreta.

«Todos estábamos muy limitados de tiempo e incluso de espacio. Tanto, que mi personaje está más contado que actuado», confesó Mabel Rivera, recordada por su papel de cuñada de Ramón Sampedro en Mar adentro. «Ante esta dificultad yo me lo he planteado como un reto, aunque con un buen guión como éste todo es más fácil».

Reixa confesó que su punto de vista está casi siempre con las mujeres de la película, cuyos personajes ofrecen «más sinceridad» y gestionan la pasión y la casualidad «con más inteligencia que los hombres».