Adiós anunciado para el Celta / EL MUNDO

Despedida anunciada desde Alemania. El Celta se encargó ayer de echar Europa por el sumidero de forma definitiva, algo que parece no preocupar demasiado en Vigo, donde la carrera por evitar el descenso es la verdadera batalla. El presidente celtiña avisó de que no iban a Alemania a tirar la competición, aunque no sería deshonroso caer ante el segundo clasificado de la Bundesliga. Todo un aviso a navegantes.

Pese a los ánimos de Mouriño, el Celta saltó metido en el partido, dispuesto al intercambio de golpes. Pero no fue hasta la segunda mitad cuando llegaron las escaramuzas más serias. Perera metió el miedo en el cuerpo a los germanos, con un remate alto al saque de un córner.

Aunque todo fue vana ilusión. Al minuto siguiente, Almeida, auténtica pesadilla para los vigueses, se encargó de poner las cosas en su sitio. Un centro de Schindler, que acababa de entrar, fue cabeceado por el portugués, que contó con la ayuda en la salida de Esteban para volver a ser el protagonista, tras el tanto conseguido en la ida.

No se vinieron abajo los de Vázquez, que tuvieron que sacar bajo palos una nueva acometida alemana, y consiguieron un gol, aunque no sumó por fuera de juego de Perera. A partir de entonces, el Werder se fue arriba sin complejos, con la tranquilidad de tener pie y medio en la siguiente ronda. Y Fritz se encargó de certificar el pase. El alemán robó el balón a un Nené muy lento, dejó sentado a Lequi y la puso con la zurda en el poste derecho de Esteban.

Tuvo alguna ocasión más el Werder para golear, aunque Esteban enmendó su error con buenas paradas. Cuando el equipo alemán levantó el pie, el Celta tuvo sus ocasiones más claras, pero ya fue demasiado tarde para soñar con la remontada.