Las negativas previsiones de los analistas se han cumplido. Efectivamente, los repuntes de la pasada semana sólo fueron meros rebotes que siguieron a las fuertes caídas de finales de febrero para volver a entrar en terreno negativo. La Bolsa española vivió ayer su segundo peor día del año, sacudido por los temores de que estalle una gran crisis hipotecaria en EEUU. El Ibex cayó un 2,72%, con lo que retrocede hasta 13.602,4 puntos, niveles desconocidos desde octubre de 2006.
El de ayer, además, fue el tercer recorte consecutivo, con lo que el parqué español pierde todo lo que recuperó la pasada semana y acumula ya una bajada del 8,5% desde que comenzó la corrección.
Un día más, la Bolsa española no hizo más que seguir la tendencia bajista marcada por las principales plazas internacionales. Wall Street cerró el martes con una caída del 2% y ayer por la madrugada la Bolsa de Tokio perdió un 2,9%. Tras estos antecedentes, la caída de los mercados europeos estaba asegurada. Las plazas del Viejo Continente se inundaron de órdenes de venta desde el primer minuto, conmocionadas por el temor de que las quiebras de las empresas hipotecarias en EEUU se extienda a todo el sector financiero, golpee al negocio inmobiliario y termine dañando el crecimiento.
Lejos de calmarse los ánimos, el pesimismo y el miedo se acrecentaron tras la apertura de Wall Street. Tras unos momentos dubitativos, la Bolsa de la ciudad de los rascacielos volvió a teñirse de rojo -el Dow Jones llegó a retroceder un 0,8%-, lo que provocó que, al final de la sesión, Europa ampliara su caída a más del 2,5%.
A uno y otro lado del Atlántico, los bancos fueron los grandes perdedores de este miércoles negro. En España, el Santander lideró la caída, al sufrir un retroceso del 4,4%; BBVA cedió un 3,5%; y Bankinter, un 3,6%. El sector del ladrillo fue el otro gran castigado. Sotogrande retrocedió un 7,35%; Parquesol casi un 5%; y Sacyr Vallehermoso, más de un 4%. Por su parte, las constructoras recortaron por encima del 3%.
Los analistas explican que los problemas inmobilarios e hipotecarios en EEUU están siendo observados con especial atención en España. «Ya se sabe: cuando las barbas de tu vecino veas cortar...», explicaba ayer un gestor de fondos, quien afirma que la Bolsa ha abierto los ojos y comienza a mirar con temor la sobrevaloración de las empresas del ladrillo.
De momento, los inversores están optando por alejarse de inmobiliarias y constructoras, lo que explica la bajada del 39% de Astroc desde su máximo histórico; del 37%, de Metrovacesa; o del 31%, de Sacyr Vallehermoso.
«Estamos corrigiendo los excesos cometidos en los últimos meses, lo cual es saludable, y poniendo a algunos valores en su sitio», explican en Alfil Capital.
Pero ¿cuánto más puede durar la caída? «Estamos en manos de Wall Street. Si Nueva York se desinfla, el resto de las plazas irán detrás», dice Rufino Gallego, de Link Securities. Sin embargo, este analista se muestra esperanzado. «Creo que podemos haber visto ya lo peor del temporal», apunta.
