M. C.
MADRID.-
La morosidad hipotecaria ha empezado a repuntar en España. El saldo de créditos dudosos representa el 0,41% del total, una cifra baja pero que empieza a dibujar una curva ascendente nunca vista en los últimos años y coincidente con el 'boom' inmobiliario.
Son los establecimientos financieros de crédito los que han acusado más los impagos de los clientes, y los que han provocado el aumento de la tasa de morosidad. El fenómeno también se debe a la emisión de activos hipotecarios titulizados, que ha hecho que se recortasen significativamente sus balances. Recurrir a esta fórmula es cada vez más normal en el sector financiero español. Según los últimos datos del mercado de renta fija (AIAF), el peso de los activos hipotecarios titulizados alcanzó al término del año pasado los 90.000 millones de euros, un 39,5% más que en 2005.
¿En qué consiste esta fórmula? En realidad, supone la transformación de las carteras hipotecarias en 'bonos' que se venden a terceros a través de una sociedad. Los 'bonos', que ofrecen una rentabilidad determinada, son adquiridos por terceros, a los que se transfiere el riesgo de que un cliente hipotecado deje de pagar el préstamo.
Según los expertos, las entidades concentran demasiado riesgo en hipotecas. «Como necesitan dinero, venden parte de sus préstamos en forma de bonos», explica Carmen de Ansótegui, profesora de finanzas de Esade. Los analistas consideran que ésta es la única manera de que un inversor, generalmente fondos de inversión, tengan acceso al mercado hipotecario. Es una forma más de repartir los riesgos.
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