Mariano Rajoy llegó ayer al Hemiciclo subido a la ola de su baño de multitudes del sábado en las calles de Madrid. Cuando entró fue recibido por los diputados del PP en pie aplaudiéndole, y eso que ni siquiera había empezado a hablar.
A esa hora estaban a punto de cumplirse los tres años exactos de la derrota electoral que le impidió llegar a La Moncloa, como daba por hecho tras ser designado candidato por José María Aznar.
Subido a esa ola, Rajoy escuchó primero la intervención de Zapatero sobre la última cumbre europea y luego subió a la tribuna dispuesto a mantener la tensión, aunque fuera a costa de hablar de otra cosa.
Empezó por hablar del caso De Juana, pidiendo un debate monográfico al presidente porque «es lo que interesa a los ciudadanos». Luego, siguió con un discurso en el que puso en cuestión la política exterior del Gobierno y, lo que es menos frecuente en el PP, la económica también.
Sobre la primera lamentó que al actual presidente del Gobierno no le reciban en la Casa Blanca y que la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, haya anulado su viaje a España.
Sobre la economía, afirmó que el Gobierno de Zapatero practica la propaganda y argumentó que, frente a las grandes cifras macroeconómicas, los españoles están perdiendo progresivamente poder adquisitivo. Citó un informe del asesor económico de Zapatero sobre los problemas del sistema de pensiones y las dificultades de los ciudadanos para pagar los recibos del agua, el gas y la luz, entre otros.
«Reproches» de Merkel
En las referencias a la cumbre europea, teórico objeto del debate de ayer, Rajoy aseguró que el presidente del Gobierno recibió «advertencias, rectificaciones, reproches y hasta un cariñoso rapapolvo» de la canciller alemana y presidenta de turno del Consejo, Angela Merkel.
Zapatero renunció a responder a lo del etarra en huelga de hambre, no hizo ni mención. Eludió las referencias a la política exterior, pero sí entró en el debate sobre la política económica, armado con datos.
Según dijo, 2006 ha sido el mejor año de la economía española de toda la Historia y explicó que las leyes como la de Dependencia y la de Igualdad servirán para extender esa bonanza a la sociedad. Ironizó con una reciente entrevista a Rajoy en la que éste no sabía cuál había sido el crecimiento de la economía española y le dijo al presidente del PP: «Primero sepa y entérese del crecimiento y luego suba a este debate con un poco más de rigor».
La respuesta sobre terrorismo y política exterior la dejó el presidente para el portavoz del Grupo Socialista, Diego López Garrido. Según dijo éste, es mejor no estar en la Casa Blanca que ir para organizar una guerra como hizo Aznar con Irak.
Sobre terrorismo aseguró que Rajoy comete «estafa» a sus votantes porque, dijo, la única oposición que practica es para utilizar la política antiterrorista en contra del Gobierno.
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