L. B. B.
El informe policial que señala que las averías del Metro han sido intencionadas ha sentado como una bomba a los trabajadores del suburbano. Más aún cuando ayer por la mañana, antes de conocerse el contenido del mismo, entre 300 y 400 trabajadores de las cocheras y talleres que la empresa pública tiene en Canillejas se concentraban para negar la existencia de daños intencionados.
«Si los sabotajes los hubiera hecho algún trabajador, ya le habrían cogido», comentaba ayer el secretario general de CCOO en Metro, Ignacio Arribas, después de conocer el contenido del informe de la Policía. Arribas dijo «rechazar de plano que sea un trabajador» y se preguntó por qué el informe no daba respuestas ni a «la caída de un motor» la semana pasada «ni a ninguna de las averías producidas en línea 6 en los trenes 5000» o «los problemas de la línea 3 y la 1».
Por su parte, el responsable de Metro de UGT, Teodoro Piñuela, aseguró que el informe tiene un fin político: «Echar tierra encima a los trabajadores de la red y desviar la atención sobre la mala gestión», la misma que «ha obligado a que se utilicen en la línea 6 trenes que iban para el desguace».
Tanto CCOO como UGT reconocieron que están estudiando la posibilidad de demandar «por injurias» a quienes acusen directamente a los trabajadores de Metro de los supuestos sabotajes de los trenes. Tampoco descartaron organizar más protestas en puntos importantes de la capital contra las «acusaciones veladas» hechas por responsables de la Comunidad.
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