Jueves, 15 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6297.
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 MADRID
Flamenco
Los otros 'duendes' del arte jondo
La bailaora Silvia Marín inicia a los niños en el 'quejío' con un taller interactivo
ALFREDO GRIMALDOS

Trescientos alumnos menores de 12 años de los colegios Montserrat y Nuestra Señora de Santa María dieron palmas a compás de tangos y bulerías en la presentación del DVD Flamenco para niños. La bailaora Silvia Marín les inició en los secretos del arte jondo, y muchos de ellos salieron taconeando de la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes.

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Flamenco para niños es un espectáculo-taller interactivo que, antes de ser grabado, ya había recorrido numerosos escenarios, siempre con sorprendente acogida del público infantil. «Al principio, cuando escuchan el cante, los niños se ríen», explica Silvia Marín. «No están acostumbrados a la seriedad de un martinete, por ejemplo, pero poco a poco van identificándose con lo que ven». Los artistas que intervienen en el espectáculo son jóvenes y visten pantalones vaqueros y camisetas. Todo muy familiar.

«¿Conocéis a Paco de Lucía?», pregunta Silvia. Uno de los espectadores contesta: «Sí, es el de la cerveza», recordando que el tocaor protagonizó un anuncio hace años. «Esta noche trabajo en un tablao. ¿Alguien sabe lo que es un tablao?», insiste uno de los palmeros. En esta ocasión nadie sabe responder...

«Los niños están completamente abiertos a recibir lo que tú les mandas», explica la bailaora. «Enseguida participan y acaban enamorados del flamenco. Si conocen algo de cante es a través de algún disco del abuelo, y el quejío no les llega. Hay que encontrar una fórmula que les resulte amena, divertida, para entrar en el flamenco y aficionarse. Tiene que ser como un juego».

Durante el taller, los chavales tienen la oportunidad de experimentar con el ritmo, el cante o los pasos de baile, imitando a los artistas, jugando y riendo. El DVD, presentado el martes, recoge fielmente la esencia del montaje concebido por Marín. En el trabajo han participado, además, el bailaor José Barrios, los cantaores Pedro Sanz y José Salinas, el guitarrista José Hernández y el percusionista y palmero Alfredo Escudero. También intervienen, como invitados, José Mercé y Sara Baras. Y más de 50 niños jalean en las imágenes el cante y el baile y ríen con las ocurrencias de los artistas.

Uno de ellos le dice a Mercé: «¿Por qué eres de la familia Sordera? ¿Te llamas así?». Y el jerezano le explica que es un apodo familiar que se remonta al siglo XIX. Similares aclaraciones tuvieron que hacer Fernando Terremoto, Pitingo o Moraíto.

En el DVD, dirigido por Daniel Iturbe, se empieza aclarando a los niños qué es un cantaor, un guitarrista o un palmero. Después se les introduce, de forma muy elemental, en el mundo del compás. Y, por fin, disfrutan de unas pinceladas de baile. Cada paso del proceso de aprendizaje requiere la participación activa del joven público. «Lo más impresionante es la reacción de los niños, cómo jalean el fandango natural o hacen coros por tangos. Emociona ver a 200 ó 300 críos respondiendo de esa manera. Y nosotros no hacemos flamenquito en ningún momento, sólo flamenco».

Nacida en Milán hace 38 años (su apellido real es Marinoni), Silvia lleva en España, dedicada profesionalmente al baile, casi dos décadas. En 1997 creó la Compañía El Flamenco Vive. Su filosofía: «Trabajar en el arte jondo desde una perspectiva actual, buscando la creatividad a través de la más arraigada tradición».

«Para nosotros, tan importante como la difusión del cante o el baile es abrir a los niños a la fusión de culturas», añade. «El flamenco es, precisamente, un buen ejemplo y un resultado de eso». Semanas atrás, en un pueblo de la Comunidad de Madrid por donde ha rodado el espectáculo Flamenco para niños, Silvia pidió a sus espectadores -un colegio entero- que contaran el compás de la soleá en su lengua. Y lo hicieron: en castellano, en árabe, en ruso...

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