Se avergüenza de que operaran en España de cataratas a la madre de un ecuatoriano muerto en el atentado de Barajas porque en su patria nunca la atendieron, y no que un analista neoyorquino diga que «no somos fiables» para la inversión extranjera.

Está tan convencido de lo que dice y hace, del socialismo del siglo XXI que propugna con Hugo Chávez, que resulta arrogante, un personaje que parece no admitir discrepancias. Hoy cumple dos meses en un sillón presidencial que se antoja tambaleante, aunque Rafael Correa lo sostiene sobre dos pilares que han sido sólidos hasta la fecha: un movimiento popular dispuesto a tomar la calle y a acorralar a los opositores, y unos índices de aceptación superiores al 80%.

EL MUNDO, único diario español presente, asistió ayer a un encuentro con medios extranjeros en el palacio de Carondelet, sede de la Presidencia.

Pregunta.- ¿Cómo conseguirá su Gobierno sortear la crisis?

Respuesta.- Para nosotros no hay crisis. Aquí el único que intentó quebrar el orden institucional es el Congreso. Están acostumbrados a botar [tirar] presidentes, pero no a que los boten a ellos. Cuando tomen posesión los [diputados] suplentes continuará funcionando el Congreso y el país sigue marchando.

P.- En Europa se hacen apuestas sobre cuándo van a tumbar al presidente de Ecuador y cuándo gobernará el vicepresidente...

R.- Si fuera por los grupos de poder que están manejando este país, si fuera por esas mafias, hace rato que me habrían apartado. ¿Qué lo impide? El 90% de respaldo popular que tenemos y esa verdadera democracia de tener el apoyo del mandante que entiende que el mandatario está cumpliendo lo que prometió en la campaña. A ese apoyo popular muchas veces se le llama populismo. Para ser un estadista creen que hay que tener el aplauso de Europa, EEUU, del Fondo Monetario y el odio de toda nuestra gente. Pues ese estilo también cambió en el país. Aquí vamos a tener una verdadera democracia, que significa tener el respaldo de nuestros mandantes y por eso es difícil que nos puedan sacar. No sé qué pasará en el futuro.

P.- Lucio Gutiérrez dijo ayer que Ecuador puede ir a la guerra civil. ¿Le preocupa el nivel de violencia política vivido estos días?

R.- Me preocupa que recojan opiniones de un descalificado como Gutiérrez. ¿Qué violencia? ¿Por qué no ven los millares de personas que se han manifestado sin arrojar una sola piedra? Aquí no tenemos atentados como los de ETA, aquí no hay invasiones a países como Irak con miles de muertos diarios. Aquí no tenemos cárceles como las de Guantánamo. ¿De qué violencia me hablan? No nos engañemos. Gutiérrez, de forma irresponsable, habla de dos heridos de bala de su partido y acusa al Gobierno. Fue un asalto a un cajero automático y nosotros le vamos a instaurar un juicio penal porque en este país hay que empezar a decir la verdad.

P.- El abrazo de Bush y Lula en la visita del primero a Brasil, ¿no rompe la unidad bolivariana?

R.- No sé qué hay de malo. ¿Qué ha debido hacer, sacarle la lengua? Hay que respetar a un presidente que representa a un pueblo. Yo he definido como terrible la política externa de Bush, la interna es cuestión de él. La de Venezuela es maravillosa, es el presidente más solidario de esta región. Por supuesto que tiene los recursos, pero hay gente que los tiene y no ayuda. Lo mismo puedo decir de España, que, al menos con Ecuador, tiene una política externa maravillosa.

P.- ¿Cómo califica su forma de hacer política, que algunos consideran populista, y el hecho de que sus partidarios tomen las calles?

R.- En España salen dos millones de personas en una manifestación contra ETA, y nadie habla de democracia tumultuosa. Aquí lo obvio lo convierten en extraordinario. Hablan de que rompemos la paz social y creo que habría que estar agradecido de que el pueblo ecuatoriano despierte.

P.- ¿Cuál es su visión sobre la integración de los países latinoamericanos?

R.- Hay que superar la visión mercantilista, nefasta herencia neoliberal. Tienen que unificar el universo integracionista, ya no es la región andina o el cono sur, sino toda la región. La Unión Europea es un referente y un ejemplo. Ojalá podamos hablar un día de América Latina como un bloque. Ese es nuestro destino.