Jueves, 15 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6297.
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 OPINION
Obituario / BETTY HUTTON
La actriz de los cabellos de fuego
Alcanzó su mayor popularidad en los 40 y 50, protagonizando numerosas comedias y musicales en el cine
JAVIER MEMBA

Además de desmarcarse de esa clásica pin-up -que a la postre acabaron siendo todas las reinas del musical cuya estrella brilló en el Hollywood de la II Guerra Mundial-, Betty Hutton fue una de las pocas musas de aquel paraíso que renunció a tamaña gloria por un marido. Fallecida el pasado lunes en su domicilio de Palm Springs, La rubia de los cabellos de fuego -como se conoció a la actriz y cantante a raíz de que protagonizara la película así titulada, dirigida por George Marshall en 1945- fue una mujer compleja. De su distancia de las pin-up fueron a dejar constancia la vivacidad de su humor y su capacidad para la sátira; de su complejidad sentimental, los problemas que tuvo con la botella y la toxicomanía que, afortunadamente, fue capaz de superar con creces.

Hija de un obrero ferroviario que abandonó a su familia cuando ella era todavía muy pequeña, Elizabeth June Thornburg -al igual que su hermana Marion- aprendió a cantar en casa y entonó sus primeros temas a la edad de tres años en el Speakeasy, la taberna que su madre había abierto al socaire de la Ley Seca (1920-1932). Cuando surgieron los inevitables problemas con la policía, su progenitora cerró el garito y se empleó en Detroit. La joven siguió interpretando canciones tristes en los locales de la nueva ciudad. Pero sus ojos ya estaban fijos en Broadway.

Sus sueños se hicieron realidad como integrante de la orquesta de Vicent López. Ya en 1939, dentro del espectáculo de este último, intervino en un cortometraje musical de la Warner -One for the Book (Roy Mack, 1939)- y en un par de producciones de Buddy DeSylva para los escenarios de Broadway: Panamá Hattie y Two for the Show.

DeSylva precisamente fue quien abrió a Betty las puertas de Hollywood. Convertido en productor de la Paramount, encomendó a la cantante la creación de la Bessie Day de The Fleet's In (1942), un musical de Victor Schetzinger en el que la recién nacida actriz compartió protagonismo con Dorothy Lamour y William Holden.

Los años 40 y 50 fueron los más importantes en su carrera. El primer hito, que la hizo célebre entre el gran público, se produjo cuando protagonizó El milagro de Morgan's Creek (1944). Esta maravilla que el gran Preston Sturges dirigió en 1944 obedeció a un deseo expreso de Betty quien, elegida por votación de los espectadores como La estrella del mañana, estaba en posición de exigir a la Paramount que Sturges -el gran maestro de la comedia- escribiera un guión para ella. Nació así la primera de las dos delicias que el célebre realizador dedicó a la América profunda.

También fue en 1944 cuando la actriz se puso por primera vez a las órdenes de George Marshall para encarnar a la Bobby Angel de Diablillos con faldas. Entre las más memorables de las creaciones posteriores de Betty Hutton, contaron la Eleanor Collier de California (John Farrow, 1947), la Annie Oakley de La reina del Oeste (George Sidney, 1950) y la Holly de El mayor espectáculo del mundo (Cecil B. De Mille, 1952).

Ese mismo año, la actriz decidió rescindir su contrato con la Paramount porque el estudio se negó a que todas sus películas fuesen dirigidas por su segundo marido, el coreógrafo Charles O' Curran. Betty volvió entonces a la canción y en 1970, cuando perdió la voz, llegaron las adicciones.

Además de con O Curran, Betty estuvo casada en otras tres veces. El músico Pete Candoli fue su tercer marido -y con el que más años permaneció unida, hasta 1971-.

Betty Hutton, actriz, nació el 26 de febrero de 1921 en Beattle Creek (Michigan, EEUU) y falleció el 12 de marzo de 2007 en Palm Springs (California, EEUU).

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