Reunidos alrededor de la mesa y frente a una taza de té, discuten los puntos fuertes y débiles del guión, introduciendo las modificaciones necesarias. Hombre cero es una historia de lo más Kafkiana (en mayúsculas), un auténtico tributo al escritor checo. Los protagonistas son dos personajes prestados de El Proceso y La metamorfosis: Josef K. y Gregor Samsa. Ambos viven en un mundo imaginario (ambientado en los años 50) donde la burocracia lo domina todo, un estado represivo inspirado en el 1984 de Orwell. Josef K. intentará rebelarse contra el sistema, arrastrando con él a Samsa y poniendo en peligro sus vidas. El Gran Hermano no les pondrá las cosas nada fáciles (un detalle: tan sólo a dos calles del local de Activa Films está la plaza dedicada a George Orwell, una de las primeras donde se instalaron cámaras de videovigilancia, que recuerda la vigencia de 1984).

En su origen, Hombre cero era una novela corta de Carles Schenner.La convirtió en guión y ahora la dirigirá. Carmen Sanfrancisco, la directora de Activa Films, lo define como un «proyecto de autor»: es poco comercial pero resulta ideal para un festival.Igual que Tight.

Tight fue el primer proyeto de Activa Films y ganó el premio al mejor cortometraje en la pasada edición del Festival Internacional de Cinema de Catalunya -el de Sitges-. Dirigido por Sergio Vizcaíno, narra la historia de una chica que sufre la presencia de un siniestro y monstruoso ser. Para su angustia y temor, nadie es capaz de ayudarla. Aunque la experiencia con el corto fue muy positiva, el objetivo de Activa Films consiste en centrarse a producir largos. Y ya tienen el calendario del año: después de Hombre cero vendrá una de terror en setiembre y otra de suspense en noviembre.

Activa Films nació con la vocación de ser una empresa diferente.El 80% de las productoras barcelonesas trabajan por encargo, mientras que sólo unas pocas gestionan su propio producto de principio a fin, señala Carmen Sanfrancisco. «Somos un modelo atípico», declara. Activa Films se ha inspirado en un modelo de productora a la holandesa, basado en el factor humano más que en el económico. Todo se decide en común, discutiendo alrededor de la mesa. Incluso desestimaron un proyecto de un millón y medio de euros porque parte del equipo no se sentía cómodo con él, comenta Sanfrancisco. «Si la gente está motivada trabaja mejor, hay más creatividad y es más eficiente», sostiene.

Y siguiendo el ejemplo holandés de apostar por la creatividad, Activa se lanzó a organizar un festival inédito en estas tierras: el Musiclip. En cine la música siempre va al servicio de la imagen.Pero Sanfrancisco decidió que, por una vez, quería hacerlo al revés y se introdujo en el mundo del videoclip. Más por amor al arte que buscando el beneficio económico, Activa organizó en febrero el primer festival de videoclips de España. Así, pretende incentivar las nuevas formas de arte y apoyar a jóvenes creadores.

«En Cataluña tenemos un problema serio», afirma Sanfrancisco.Se trata de la batalla -a veces interminable- para conseguir una subvención. «Hay muchos impedimentos, los estamentos públicos exigen demasiados avales que hacen imposible tirar adelante los proyectos», critica.

En su primera edición el festival no contó con ningún tipo de subvención. ¿Cómo vender la idea de los videoclips en la capital de los festivales (66 eventos de todas las formas y tamaños saturan la ciudad anualmente)? Para que no hubiera «malentendidos», Sanfrancisco intentó convencer a las instituciones de que Musiclip no pretendía ser un festival de música, porque «muchos se han acabado convirtiendo en macroconciertos donde pagas por tres grupos buenos y siete regulares», indica.

Una vez lo hubo logrado, la burocracia administrativa la mandó al encargado de cine para enmarcar el festival en las ayudas al séptimo arte. Después de andar de un lado a otro, el Icic fue el único que «dio un paso adelante» para apoyar la iniciativa y el próximo año contribuirá a financiarla, destaca Sanfrancisco.Porque las ideas a la holandesa también necesitan el apoyo de las instituciones.

El Like a prayer de Madonna o el Thriller de Michael Jackson son clásicos de la historia del videoclip. Hoy en día, los jóvenes crecen viendo la televisón, escuchando música y viendo videoclips: son la generación MTV.

Aunque en España llegue la MTV y se consuman videoclips, su realización deja mucho que desear. «En España la industria del videoclip está cerrando», así de categórica se muestra Carme Sanfrancisco, la directora de Activa Films. Aunque se den honrosas excepciones, incluso cantantes potentes y grandes distribuidoras realizan videoclips de baja calidad, dejándolos en manos de amateurs.«Llegamos al extremo de los videoclips mileuristas», se queja la productora.

En la era de la imagen, los videoclips son «una herramienta de futuro y una necesidad del propio mercado», cree Sanfrancisco.Por eso se muestra optimista respecto a la próxima edición del Musiclip Festival, que ya ha empezado a preparar.

Mientras que en Estados Unidos es una práctica habitual invertir más en el videoclip que en la propia canción, «en España apenas se les da importancia», indica la productora.

«En nuestro país, dos distribuidoras dominan el mercado y nunca se les ocurre llevar a cabo iniciativas arriesgadas o innovadoras», acusa Sanfrancisco. De ahí que su joven empresa deciera arriesgarse a montar un festival en torno al videoclip.

La ciudad de Barcelona es un buen lugar no sólo para ver los clips, sino para rodarlos. Resulta frecuente encontrar escenarios y calles de la ciudad condal en los videoclips nacionales, pero también en los internacionales. Desde las melodías hiphoperas de La Mala Rodríguez con su último single Por la noche (banda sonora de La Juani) hasta el tema gótico-romántico de los estadounidenses Evanescence, My Immortal, que encontró en las callejuelas del Gòtic el mejor escenario para rodar un siniestro cuento de hadas en blanco y negro.