En el día que se aprueba la Ley de Igualdad entre sexos, la situación que denunció ayer Gina Serra puso en evidencia el largo camino que aún está por recorrer. Gina llevará el próximo lunes a los tribunales a la empresa Euroresidencias, perteneciente al grupo Sacyr Vallehermoso, después de que la despidieran de la residencia geriátrica en la que trabajaba por lo que ella considera que fue discriminación laboral por cambio de sexo.
Serra, en una rueda de prensa en la sede del sindicato UGT, del que es afiliada, explicó ayer que a través de su abogado, Josep Millán, pedirá la nulidad del despido y su readmisión en el trabajo al considerar que la empresa no tuvo en cuenta su valía profesional y le despidió únicamente por su condición de transexual.
El juicio, que se celebrará el próximo lunes en el juzgado social número 18 de Barcelona, será el primero en España en el que se alegue discriminación laboral por transexualidad, según explicó el letrado.
Gina Serra empezó a trabajar el pasado 16 de enero en una residencia de Barcelona como auxiliar de geriatría y sólo diez días después, el 27 de enero, recibió una llamada de los responsables del centro informándole de que no había superado el período de prueba y que no hacía falta que volviera a trabajar porque había sido despedida.
La afectada desconoce qué es lo que pasó para que la empresa decidiera súbitamente prescindir de sus servicios, aunque está convencida de que todo se debe a su condición de transexual.
De hecho, Serra comentó ayer que en los pocos días que trabajó en la residencia no recibió el mismo trato que el resto de compañeras, ya que, por ejemplo, no le entregaron un uniforme de trabajo como el de las demás empleadas y se la obligó a cambiarse de ropa en los lavabos, en vez de en los vestuarios.
La mujer presentó enseguida la demanda ante la jurisdicción laboral, y la misma empresa aceptó en el acto de conciliación que el despido había sido improcedente, si bien rechazó la causa de nulidad, que para Gina Serra, fue una vulneración de derechos fundamentales.
El abogado de Gina recordaba ayer que la mujer, antes de cambiar su sexo, ejerció su profesión durante 30 años sin encontrar ningún problema, y que ha sido ahora, cuando en su documento de identidad salía nombre y sexo masculino en contraste con su apariencia femenina, que sufre problemas.
Este juicio llega apenas dos semanas después de que el Congreso de los Diputados aprobara el proyecto de ley que permite a las personas transexuales cambiar de nombre y de sexo en el Registro Civil sin necesidad de cirugía, recuerda Efe.