CARMEN LLORENTE
Si el miércoles la Bolsa mostraba su lado más ingrato, ayer daba un giro de 180 grados y enseñaba una de sus mejores caras. El Ibex rebotó un 2,48%, la mayor subida en una sola sesión desde el 29 de septiembre de 2006, con lo que vuelve a situarse a las puertas de los 14.000 puntos.
La recuperación de Wall Street y las plazas asiáticas, el anuncio de la OPEP de no modificar sus cuotas de producción y, sobre todo, la actividad de fusiones y adquisiciones a nivel mundial, que en España tuvo como protagonista a Altadis, impulsaron la fuerte subida.
De esta forma, buena parte de los valores del parqué madrileño recuperaron mucho de lo perdido durante el turbulento miércoles. Bancos y constructoras, las grandes castigadas en esa jornada, se unieron ayer al rebote, aunque con cierta timidez.
Los protagonistas del avance el jueves fueron otros: además de Altadis y su participada Logista. El repunte estuvo impulsado por Gamesa, que ganó el 4,34% después de anunciar un contrato millonario para la venta de aerogeneradores; mientras que Antena 3 e Inditex subieron más de un 3%. El dinero también se dirigió a aquellos valores donde existen expectativas de próximos movimientos corporativos como Iberdrola, Bolsas y Mercados Españoles o Tubos Reunidos.
Sin embargo, pese al rebote, el miedo y la sensación de zozobra seguían invadiendo el mercado. El temor a una crisis hipotecaria en Estados Unidos se mantenía vivo. De hecho, ayer Wall Street, tras un comienzo alcista, se sumió en la indefinición.
Lehman Brothers señaló el miércoles que espera que los problemas en el segmento de las hipotecas de alto riesgo tengan poca influencia en sus resultados, mientras Bear Stearns corroboró ayer lo mismo, lo que sirvió para frenar el nerviosismo en la primera Bolsa del mundo.
«Seguimos sumidos en la corrección. Hoy puede que volvamos a subir, pero hay que dejar la puerta abierta a posibles futuras jornadas de turbulencias», explica Juan Cueto, director de Estrategia de Ibersecurities, quien afirma que no hay que tener prisa para entrar en el mercado de acciones.
El analista esgrime, además, para justificar su cautela, la debilidad de los datos económicos en Estados Unidos, lo que puede poner un freno temporal a Wall Street y, consecuentemente, a todas las Bolsas mundiales.
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