Los obispos están hartos de los continuos ataques hacia la fe y sus símbolos, tanto por parte de particulares como de algunas instituciones públicas. La película Teresa, el cuerpo de Cristo y las fotos de José Antonio Moreno Montoya -en las que modelos que representan a Jesucristo y a la Virgen María aparecen en situaciones eróticas explícitas- han sido la gota que ha colmado el vaso de su paciencia. Sigue en

Ante esta situación, los obispos emitieron ayer una corta pero dura nota en la que, «con toda firmeza», exigen «respeto por la fe católica y sus imágenes». Además, reclaman «que se pidan las responsabilidades correspondientes por las vías pacíficas y legales previstas en el ordenamiento de nuestro Estado».

El Episcopado denuncia diversas actuaciones de los últimos tiempos, que califica de «ofensas objetivas a los católicos, puesto que denigran las imágenes más representativas de la fe de la Iglesia, cuales son las del propio Jesucristo, la Virgen María y los santos».

En concreto, los obispos señalan con el dedo los carteles de la película Teresa, el cuerpo de Cristo, en los que se muestra al crucificado acariciando el hombro de la santa desnuda, y arremeten, sobre todo, contra los catálogos fotográficos de Montoya, editados por la Junta extremeña. Éstos recogen imágenes religiosas del cristianismo, entre ellas las de Jesucristo o la Virgen María, en actitudes sexuales.

En ambos casos y según los obispos, «las imágenes ofenden también la sensibilidad de cualquier persona de recta conciencia». Pero, además, en el caso de las fotos del artista extremeño, se trata de «crudas y lamentables blasfemias».

Los prelados recuerdan que la Constitución «reconoce y protege el derecho a la libertad religiosa» y que «las leyes, incluso las penales, tutelan ese derecho fundamental, que es vulnerado con actuaciones como las mencionadas».

El cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, calificó la publicación del Gobierno extremeño como «increíblemente abominable bajo todos los puntos de vista» y añadió que le costó «un gran trabajo llegar al final sin vomitar». El cardenal lamentó que su edición provenga de instituciones públicas «que seguramente no tuvieron en cuenta las consecuencias».

Los obispos no son los únicos indignados con las imágenes. Tanto el sindicato de funcionarios públicos Manos Limpias como los diputados de Unión del Pueblo Navarro han presentado sendas denuncias ante la Fiscalía General del Estado por la publicación de los dos folletos por un posible «delito contra los sentimientos religiosos».

Mientras tanto, el fotógrafo aseguró ayer que ha recibido «amenazas de muerte» a través de Internet y que interpondrá una denuncia, informa Europa Press. El autor justificó así sus controvertidas imágenes: «Me baso en que para la religión católica el pecado por antonomasia ha sido todo lo relacionado con lo sexual y para mí lo sexual va implícito al ser humano. He querido romper el mito del santo porque el hombre es humano».