Ésta es una de las consecuencias de la operación desarrollada la pasada semana por la Policía contra una trama que se dedicaba al tráfico de cristal, una nueva droga de diseño.

En una actuación en Madrid, los agentes de estupefacientes lograron desmantelar una trama dedicada al tráfico de drogas. Las detenciones de los siete presuntos implicados se realizaron en Majadahonda y en Parla (Madrid). Según la Policía, los detenidos se dedicaban a la distribución de sustancias psicotrópicas y estupefacientes en locales nocturnos de ocio de localidades de Madrid y de la Castilla-La Mancha.

Parecía una buena operación pero sin más importancia. Sin embargo, los agentes encargados de las pesquisas detectaron que los integrantes del grupo traficaban también con objetos robados, en concreto con ordenadores y aparatos y equipos informáticos.

Los investigadores continuaron tirando del hilo del material robado y llegaron a la comisaría de Chamberí. Allí relacionaron a un agente de policía con uno de los integrantes de la trama desmantelada. De hecho, según fuentes sindicales se sospechó que este agente les ayudaba a colocar el material robado, a venderlo. Y siguieron tirando de las pistas que había dejado este funcionario. La sorpresa fue mayúscula. Los miembros de la central de estupefacientes tuvieron que dirigir sus ojos a las mismas dependencias policiales donde ellos mismos trabajan, al complejo policial de la carretera de Canillas, en Madrid.

Los trabajos dirigidos por los jueces de Plaza de Castilla concluyeron en las dependencias de la Comisaría General de Policía Científica. Es allí donde, por el momento, ha concluido la investigación. Aquí, se obtuvieron datos sobre un inspector jefe de esta comisaría general que se dedicaba, al parecer, a vender los ordenadores robados por esta trama criminal. El agente de Chamberí y el inspector jefe de Policía Científica son parientes, según explicaron a este periódico fuentes cercanas a las investigaciones judiciales.

Las pesquisas policiales han dado origen a una pieza separada del sumario sobre la trama de presuntos narcotraficantes. Esa pieza ha sido declarada secreta.

Según fuentes de los juzgados, ambos funcionarios fueron detenidos y se les tomó declaración por los hechos.

Fruto de estas indagaciones, se pudo conocer que estos implicados colocaron varios ordenadores en dependencias policiales. En concreto, vendieron al menos dos en la Comisaría General de Policía Científica y otro más en la Unidad Central de Asuntos Internos, departamento que se dedica a investigar posibles actuaciones corruptas en el seno de la Policía.

Los agentes encargados de las pesquisas tratan de averiguar si algún otro objeto robado por la trama criminal desmantelada ha sido colocado en otras dependencias policiales.

Es poco probable, pero aún no está descartado. Los investigadores tratan de esclarecer si los agentes de la Policía Científica y de la Unidad de Asuntos Internos que adquirieron el material robado conocían de antemano el origen del producto.

Estas fuentes creen que los compradores desconocían la procedencia de los ordenadores. No obstante, consideran que los agentes deberían haber sospechado algo cuando se encontraron con un producto a un precio muy por debajo del mercado, sin factura, sin embalaje y sin ninguno de los controles propios de la compra de un ordenador en un comercio.

No obstante, no tienen datos suficientes por lo que, de momento, no dudan de la buena fe del comprador.

Lo que aún no tienen claro es si los detenidos únicamente vendieron material que había sido robado por la trama de narcotraficantes que vendía 'cristal' y que fue desmantelada la pasada semana en Madrid. Las fuentes consultadas por este periódico explicaron que se investiga si, en alguna ocasión, ambos funcionarios vendieron también material recuperado durante otras operaciones policiales.