Las obras ni se aceleran ni se retrasan», aseguró ayer el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Sin embargo, la intención del Consistorio es poder abrir todos los proyectos vinculados directamente con la M-30 antes de la campaña electoral, es decir, la última podría ser el 11 de mayo. «Como hice con el metro, no voy a inaugurar nada durante los 15 días de campaña electoral. Las obras estarán terminadas 15 días antes del 27 de mayo», insistió el alcalde.
Por eso, si alguna obra no se termina antes de que comience la pegada de carteles, «la pondremos en funcionamiento en cuanto se acabe pero no haré una inauguración».
El alcalde ya tomó esta postura con Metrosur, la pasada legislatura. De hecho, algunos tramos de este subterráneo se pusieron en funcionamiento sin la presencia de Ruiz-Gallardón.
Esta costumbre del alcalde adelanta cualquier posible corte de cinta en los túneles de la circunvalación. Así, en menos de dos meses se espera que corra ya el tráfico por el by-pass Sur, Ventisquero de la Condesa, Pío XII, la conexión de Embajadores con la M-40, el túnel del Nudo Sur-Marques de Monistrol en uno de los sentidos...
El primer paso para llegar a tiempo al 11 de mayo es la puesta en servicio totalmente del túnel de la avenida de Portugal, pues sólo continuarán los trabajos en superficie para la adecuación de los dos carriles que permitirán el paso a los vehículos de los vecinos.
La apertura del soterramiento de la avenida de Portugal en sentido entrada de la ciudad va a liberar, definitivamente, al paseo de Extremadura.
En el mes de diciembre, ya se puso en funcionamiento uno de los carriles que daban salida de subterráneo y en febrero se inauguró la conexión de esta carretera nacional con la cuesta de San Vicente, aliviando totalmente la salida por la A-5, una de las más transitadas de la capital.
Esta nueva infraestructura de 2.108 metros de longitud, comunica la avenida de Portugal soterrada, sentido entrada a la ciudad, con el antiguo paso inferior bajo la glorieta de San Vicente. De éstos 2.108 metros, 1.468 corresponden al soterramiento de la avenida de Portugal desde el Alto de Extremadura hasta la M-30, y 640 metros a su prolongación hasta la Cuesta de San Vicente.
El subterráneo dispondrá de cuatro carriles por sentido, de 3,5 metros cada uno. La mitad de estos ocho caminos conectará directamente la avenida de Portugal con la M-30 y la otra, con el túnel que cruza bajo la glorieta de San Vicente (ya está abierto en un sentido) y que une esta entrada con el centro de la capital.
El plazo de ejecución de las obras era mayo de 2005, sin embargo, la apertura de los túneles cierra los trabajos en el interior de la tierra y deja únicamente pendiente la rehabilitación de la superficie.
Según los cálculos de la Concejalía de Movilidad, este tramo de la avenida de Portugal pasará hoy de tener 126.000 vehículos diariamente a soportar sólo el tráfico local que no sobrepasarán los 3.000 coches al día. Además de la contaminación acústica eliminada, con este soterramiento, los vecinos de los números afectados por las obras ganan un paseo y unas vistas directas a la Casa de Campo.
Los responsables de las obras aseguran que la construcción del túnel va a traer una reducción de la contaminación acústica, con 3.500 toneladas de gases menos contaminantes. Y eso que todavía no está terminada la recuperación de la superficie, ya visible en su diseño en algunas partes, pues están plantados todos los cerezos que recordarán al valle del Jerte y parte del adoquinado en el suelo al más puro estilo portugués.
El túnel, que tiene más de 54.000 metros cuadrados de pantallas, se ha construido con 45.500 metros cuadrados de losa, 188.000 metros cúbicos de hormigón y 18.225 toneladas de acero.
Además cuenta con 32 unidades de señalización, 56 ventiladores longitudinales y axiales, 30 postes de auxilio, 10 salidas de emergencia y 154 bocas de incendio equipadas. La seguridad estará vigilada por 58 cámaras interiores y exteriores y 82 altavoces.
Hoy, el alcalde podrá decir eso de que ya se puede viajar de Madrid a Lisboa sin semáforos.