Yolanda Gaviño es una de esas artistas poco conocidas por el gran público que, sin embargo, exhibe un currículo holgado y repleto de nombres propios. Los de Antonio Gades, Lola Flores, Cristina Hoyos o Carlos Saura. Gente que ha contado con ella a lo largo de sus más de 20 años de carrera. Porque esta malagueña que se reconoce tan «temperamental» como la propia Faraona empezó a trabajar con 14 años, cuando fue admitida en la escuela del Ballet Nacional de España. A los 16 ya actuaba en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. En 1980 se incorpora a la nueva compañía de Antonio Gades, en la que permanece durante cinco años en los que recorre los escenarios de todo el mundo. Con ellos participa tanto en la versión cinematográfica de Carmen, de Carlos Saura, como en la teatral.
En 1986 decide abandonar la compañía y fundar su Ballet Español, con el que desde entonces ha continuado su carrera profesional. Ha colaborado en distintos programas de televisión, como La revista y Entre amigos. En 1995 y 1996 participa junto a su compañía en el Festival de la Hispanidad, celebrado en el Radio City Music Hall de Nueva York y en Miami, respectivamente.
Ha revisado temas clásicos del arte español como El amor brujo, Bodas de sangre y las Coplas. Su Lola bebe de ese bagaje y es un homenaje al mito que plasma aquellos momentos de la vida de Lola Flores que, como persona y artista, fueron para ella más trascendentes. La obra está estructurada en dos partes, a modo de actos. La primera abarca toda su juventud y la segunda recoge la madurez de la artista, concluyendo con el profundo dolor de su muerte. «Yo no pude despedirla en la capilla ardiente que se puso en el Centro Cultural de la Villa porque estaba de gira», confiesa, «pero lo sentí muchísimo y si hubiera estado en Madrid habría ido».
Lola
. En el Teatro Nuevo Apolo (Pza. Tirso de Molina, 1). Entre 16 y 30 euros
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