Viernes, 16 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6298.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Es necesario siempre esperar cuando se está desesperado (G. Flaubert)
Haz Click Aquí
 MUNDO
Un judío protegido por neonazis
Confiscan propaganda 'ultra' y fotos con uniformes de las SS a los ex guardaespaldas del antiguo 'número dos' del Consejo de Judíos alemán
CARLOS ALVARO ROLDAN. Corresponsal

BERLIN.- Un gato protegido por perros o el mundo al revés. El felino, en este caso, uno de los más polémicos entrevistadores políticos de la televisión alemana, de oscuro pasado, conocido por sus preguntas más cercanas al interrogatorio policial que a la charla reflexiva. Los canes, por su parte, tres agentes del Estado alemán de Hesse, adscritos a su protección policial hasta 2005 y con demostradas veleidades filonazis.

Publicidad
El caso no pasaría del anecdotario social si el minino en cuestión no fuera Michel Friedmann, de 51 años, ex vicepresidente del influyente Consejo Central de los Judíos de Alemania entre 2001 y 2003, ex miembro de la Presidencia de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y condenado hace cuatro años a pagar 13.384 euros de multa por posesión y consumo de cocaína, lo que le obligó a dejar todos sus cargos públicos.

El caso ha sido destapado por el diario Bild y confirmado por la Fiscalía de Fráncfort, dentro de una investigación que arrancó en 2005 durante un registro rutinario por un presunto caso de fraude dentro de la Policía de la capital de Hesse.

«Resulta insoportable pensar que aquéllos que estaban encargados de protegerme de los nazis eran a su vez nazis», señalaba ayer Friedmann.

Uno de los policías, de 26 años, guardaba fotos en su ordenador de sí mismo pertrechado con un uniforme de las SS. Asimismo, los investigadores hallaron una especie de certificado encabezado por una prominente cruz gamada y elaborado por otro compañero, en el que «En nombre del Führer», se le agradecen los «servicios» prestados a Friedmann.

Las pesquisas contra este agente han sido abandonadas, añade el Bild, porque las imágenes y la carta sólo han circulado entre un número muy reducido de sus colegas de oficina. Sin embargo, sí ha sido suspendido de sus funciones como guardaespaldas.

El agente que tomó las fotos también ha sido separado de sus labores de protección y en ficheros de su ordenador han sido encontradas numerosas canciones de tipo racista. Pero la investigación contra él también ha sido abandonada.

El caso contra un tercer guardaespaldas, de 43 años, es el único que prosigue su curso ante la Justicia. En su computadora se halló un canto ultraderechista prohibido expresamente por el Código Penal de Alemania. La ley germana es la más restrictiva de Europa en estas lides y prohíbe mostrar y distribuir emblemas o libros de contenido neonazi. Los grupos de esta ideología ultraderechista en el país son vigilados estrechamente por cuerpos de policía creados expresamente para estos fines.

El propio Friedman criticaba ayer en la prensa que varias de las investigaciones hayan sido abandonadas, «ya que no se trata de delitos entre caballeros». El hoy estrella de la pequeña pantalla, con dos programas de entrevistas en la cadena pública ARD y la televisión regional de Hesse, vio peligrar hace cuatro años su creciente prestigio después de que durante una investigación por tráfico de blancas y redes de prostitución apareciera su nombre.

En las pesquisas de la policía de Berlín, y bajo el sosias de Paul Pinkas, la voz de este abogado nacido en París en 1956 e hijo de judíos salvados del Holocausto por encontrarse incluidos en las listas del industrial Oskar Schindler fue identificada como la de un cliente que solicitaba los servicios de las meretrices desde un hotel de lujo de la capital.

Restos de cocaína

Un registro de su domicilio, en el que se hallaron «tres paquetitos» con restos de cocaína hizo correr ríos de tinta en los que se llegó a presentar a Friedman como víctima de una conspiración de poderosos elementos de ultraderecha. Un análisis de las raíces de su pelo eliminó de un plumazo cualquier duda: él mismo reconoció ser un consumidor. «Sí, he cometido un error», declararía humildemente a la prensa.

Esto ocurría en Alemania cuando aún no se había apagado el escándalo del presunto suicidio del político liberal Jürgen Mölleman, quien en junio de 2003 se soltó del arnés que le sujetaba a un paracaídas durante un descenso. Mölleman, conocido conservador y defensor a ultranza de los judíos, había dado un sorpresivo giro en su trayectoria política al intentar abrir su techo electoral para atraer a sectores más ultraderechistas.

En éstas topó en una entrevista con Friedman, que con su estilo habitual le fustigó con sus armas dialécticas. Días después Mölleman se quitaba la vida y el caso posterior contra Friedmann por posesión de estupefacientes se achacó en algunos sectores cercanos a la comunidad judía a una conjura contra el temido entrevistador.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad