La Hacienda Pública Española está profundamente desolada. Acaba de fallecer César Albiñana García-Quintana, uno de los pilares fundamentales de la Hacienda Pública de la Democracia española, así como uno de los maestros de numerosas generaciones de hacendistas y expertos en Derecho Financiero Tributario tanto de la Administración Pública como de la Universidad.
El profesor Albiñana reunía tres facetas que muy raramente se encuentran en quienes nos dedicamos al inextricable, pero apasionante, mundo de las finanzas públicas: la de profesor universitario, la de funcionario al servicio de la Administración y la de profesional del Derecho. Las tres han sido desarrolladas con admirable hondura y generosidad, y en las tres ha alcanzado las más altas cotas: como catedrático de Universidad, como inspector de Hacienda y como asesor de importantes despachos.
En el ámbito universitario deben destacarse tres circunstancias. Su sólida y vasta formación, que le llevó a descubrir y alentar, en muchos casos, vocaciones que, de otro modo, habrían permanecido en el arcano del olvido. Su incansable curiosidad ante cualquier cuestión, financiera o tributaria, de lo que dan buena cuenta las numerosísimas jornadas y congresos en los que ha participado. Y su ingente obra bibliográfica, con importantes monografías, centenares -me atrevería a afirmar que miles- de publicaciones en libros y revistas de la especialidad, recensiones e innumerables prólogos, pudiendo afirmarse que no hay problema de Derecho Financiero y de Hacienda Pública, tanto en sus aspectos teóricos como en su aplicación práctica, que no haya tratado de modo exhaustivo.
Como funcionario, siempre actuó de manera ejemplar en los distintos cuerpos de élite de la Administración financiera y tributaria, dando muestra vital de buen hacer siempre al servicio de la Administración Pública. Debe destacarse su meritísima labor al frente del Instituto de Estudios Fiscales, fomentando su actividad en todas las vertientes: administrativas, de formación, de investigación, revistas y publicaciones. Además, en su doble condición de teórico y práctico del Derecho, participó como ponente en la redacción de la Ley General Tributaria de 1963, que se ha mostrado esencial, con el paso del tiempo, en la vertebración de nuestro sistema fiscal, y que ha tenido su continuidad en la actual Ley General Tributaria, en la que participó activamente como miembro de las Comisiones para su preparación e impulso.
Pero si destacable es su vertiente laboral y profesional, no lo es menos su faceta humana, siempre dispuesto a ayudar y a colaborar con los demás, mostrándose deudor de sus alumnos, prestando su apoyo y sus conocimientos a cuantos a él se han acercado en la búsqueda de un consejo o una sugerencia bibliográfica. De su buena disposición hacia quienes de él y con él quisimos aprender, de la lealtad hacia sus compañeros como brújula a la que siempre dirigió sus pasos, da buena muestra la extensa relación de personas que siempre se han mostrado deseosas de participar en los merecidos homenajes que se le han rendido.
Probablemente, las palabras que mejor definieron a César Albiñana sean las que él mismo nos mostró en la dedicatoria de su trabajo -Guía Fiscal 1990-, donde puede leerse: «A la Universidad, que forma en la Verdad, y a la Hacienda Pública, que está al servicio de la Solidaridad, por cuanto guiaron y condicionaron mi vida».
César Albiñana García-Quintana, jurista y catedrático de Hacienda Pública, nació en Alar del Rey (Palencia) y falleció en Madrid el 12 de marzo de 2007, a los 86 años de edad.