Tan acostumbrado estaba el espanyolismo a que las grandes tómbolas europeas estuvieran teñidas de azulgrana, que simplemente ver un papelito con el nombre del Espanyol impreso en el sorteo de los cuartos de final de la UEFA en Glasgow ya fue motivo de orgásmica satisfacción. Superada la embriaguez emocional, llegó el momento de volver a pisar el suelo. Y allí, amenazante, esperaba el Benfica, el próximo rival en la cada vez más árdua carrera de obstáculos hacia la final. La sensación unánime es que podría haber sido peor.
El Benfica gusta. Podría gustar más el AZ Alkmaar, la pareja de baile deseada por todos los equipos, pero desde luego el cuadro luso, por mucho que su escudo arrastre toda la historia del fútbol portugués, es mucho más maleable que Sevilla y Werder Bremen, los cocos que todo buen espanyolista quería evitar.
El aspecto negativo fue el orden en el emplazamiento de los partidos.La ida se disputará en Montjuïc el próximo 5 de abril; la vuelta, en el remozado Da Luz siete días más tarde, el 12 de abril. Para mayor infortunio, en caso de que el Espanyol alcance las semifinales, también jugaría el encuentro de ida en Barcelona. Lo bueno, dato para los soñadores y los amantes de la simbología, es que en la final de Glasgow el Espanyol ocuparía el vestuario local, con los que podría lucir su camiseta titular.
Ernesto Valverde expresó el sentir ambivalente que respira el club tras conocer el emparejamiento: «El Benfica es un equipo histórico de Europa y un rival de mucha entidad para nosotros.Es una eliminatoria bonita y para disfrutar, pero al mismo tiempo muy complicada». El técnico incidió en el orden de los partidos: «El factor campo no es determinante, pero es una pequeña ventaja para el Benfica. No hay que olvidar que de los ocho cruces de octavos de final, en siete de ellos, todos menos en la eliminatoria del Sevilla contra el Shaktar Donetsk, se clasificaron los equipos que jugaban en casa el partido de vuelta». Sobre el Benfica, el entrenador indicó que Simao Sabrosa, ex del Barça y desde hace varias temporadas gurú de los lisboetas, es el principal peligro, «un jugador cotizado que marca las diferencias», sin olvidar el delantero italiano Fabrizio Miccoli.
Valverde, todo heroismo, quería al Bayer Leverkusen en los cuartos.Finalmente, Osasuna le usurpó la pieza. Otro dato para los soñadores, vengadores y místicos de todo pelaje: el Bayer no caerá en cuartos, pero existe la posibilidad -en realidad, es la única- de que sea el rival en Glasgow. El conjunto alemán ha quedado ubicado en la otra parte del cuadro.
Por un lado, el sorteo emparejó a Espanyol-Benfica y a AZ Alkmaar-Werder Bremen. Es muy probable, pues, que si el Espanyol llega a las semifinales, se mida al Bremen, el rival que casi deja al Barça fuera en la liguilla de la Champions y al que nadie en la UEFA quería ni ver. Por el otro lado, quedaron emparejados Osasuna-Bayer Leverkusen y Sevilla-Tottenham. La semifinal española es posible.Y también la final.
El Sevilla, clasificado con agonía, tendrá una defensa asequible del título frente al Tottenham, un equipo inferior a los andaluces.Como el Espanyol, los de Juande Ramos deberán jugar la vuelta fuera de casa, en Inglaterra.
Osasuna es el único de los tres españoles que podrá disfrutar del factor campo a su favor y apelar a la fuerza de su público en el Reyno de Navarra. Si los navarros superan al Bayer, el Espanyol se quedará sin resarcir sus heridas.
