IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal
ROMA. - A partir de ahora en la televisión italiana no se verá ni una sola imagen pornográfica ni se escuchará ningún diálogo de contenido sexual explícito. Ni siquiera a partir de la medianoche, y ni siquiera en aquellos espacios publicitarios que anuncian líneas eróticas mostrando a señoritas de buen ver en poses sexuales...
La Autoridad para la Garantía de la Comunicación, el organismo que se encarga en Italia de velar por que en la pequeña pantalla se respeten los derechos de los ciudadanos, ha decidido eliminar de la televisión absolutamente toda la pornografía. En todas las franjas horarias y tanto en las cadenas locales como en las nacionales, así como en las que emiten vía satélite, a través de una frecuencia terrestre o por cable.
En breve, en la caja tonta italiana tan sólo se podrán ver imágenes de alto voltaje sexual en aquellos programas codificados que dispongan de un servicio que permita a los padres bloquear su acceso a los menores de edad. En abierto, las únicas escenas eróticas que se toleraran serán aquéllas emitidas en «un contexto cultural o de valor artístico», nada más. Y los que incumplan la normativa se arriesgan a pagarlo caro, con multas que van desde los 5.000 a los 50.000 euros.
La medida busca sobre todo poner fin a los muy explícitos anuncios de líneas eróticas que, en horario nocturno, transmiten más de medio millar de cadenas de televisión locales, y en los que Vanessa, Deborah y compañía publicitan estos servicios a través de imágenes y conversaciones X con las que buscan abrir el apetito sexual de los televidentes.
Se calcula que en Italia ven la televisión en la franja de horario nocturno entre ocho y 12 millones de personas, de las cuales un millón se concentrarían en estas cadenas locales plagadas de anuncios de líneas eróticas.
El problema es: ¿dónde empieza el porno? «Pornografía es la descripción, la ilustración o la representación, visual y/o verbal, de sujetos eróticos o de actos o actividades relativas a la esfera sexual, que resultan ofensivos para el pudor», establece la Autoridad para la Garantía de la Comunicación.
Las asociaciones italianas de telespectadores y usuarios, con la Liga de Consumidores a la cabeza, han aplaudido la decisión de retirar el porno de la televisión. «Se trata de una actuación coherente y valiente que reconoce el pudor como dato objetivo, como un valor de la persona y de la sociedad que debe ser tutelado al tiempo que crea las condiciones para combatir la vulgaridad en las transmisiones radiotelevisivas», sentencia esta organización.
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