ANDRÉS MARIN / C. G. MONTILLA
MALAGA.-
Una familia de varios miembros es, en ocasiones, un grupo de pequeñas islas, alejadas las unas de las otras. La incomunicación y la soledad sirven de punto de partida para el debut de los hermanos David y Tristán Ulloa en la dirección de largometrajes. Pudor, presentada ayer en la Sección Oficial del Festival de Cine de Málaga, es la dura crónica del desamparo de unos seres humanos que vagan por la vida demasiado solos y con demasiados secretos.
El universo de Pudor lo pueblan un hombre que se va a morir y que no se atreve a decirlo (Nancho Novo), una mujer profundamente machada por la soledad de la rutina (Elvira Mínguez), un hombre mayor a quien el amor le tiende la última oportunidad (Celso Bugallo), una adolescente agobiada por la pubertad (Natalia Rodríguez) y un niño que ve fantasmas (Marcos Ruiz). Todos ellos crean un collage en el que el drama juega un papel protagonista, con la muerte y el sexo siempre presentes.
«Al ser nuestro debut, queríamos ofrecer una historia cuyos códigos conociéramos, como es la familia, pero hemos buscado alejarnos del costumbrismo y de lo políticamente correcto porque hay una tendencia de la televisión que protege al espectador de temas como la muerte o el sexo, que son precisamente motores de la vida», explicó Tristán Ulloa.
Una película «muy dura»
El también actor reconoció que la película que ha dirigido junto a su hermano es «dura» y, en ocasiones, «muy dura». De hecho, a veces, Pudor se convierte en un mero carrusel de desgracias y tragedias, de situaciones en las que el ser humano está al límite. «La dureza de la cinta es un toque de atención para que la gente sea consciente de que a su lado pueden existir situaciones terribles», dijo Tristán Ulloa.
La película es una adaptación de la novela homónima de Santiago Roncagliolo (Alfaguara). El paso del lenguaje literario al cinematográfico ha corrido a cargo de Tristán Ulloa, que se ha ocupado durante el rodaje de la labor de dirección de los actores. Por su parte, David Ulloa -exitoso realizador de televisión- se ha encargado de la dirección técnica del largometraje. «Nos hemos repartido el trabajo muy bien, cada uno en su parcela, pero opinando y cambiando siempre impresiones», contó David.
La Sección Oficial acogió también ayer el estreno de Anastezsi, cuyos ingredientes son: asesinatos en un paisaje idílico del sur de Italia, solos de violines en la playa, algo de sexo entre jóvenes estudiantes de música clásica y conversaciones en inglés. Se trata de un largometraje con el que el cineasta Miguel Alcantud estrena «un thriller luminoso, nada barroco», que denuncia las miserias de la condición humana» y deja un final tan misterioso como abierto a las interpretaciones más variopintas.
Alcantud se ha rodeado para su segundo largo de actores de varias nacionalidades, entre los que sobresalen el inglés Derek Jacobi y la malagueña Angela Molina.
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