Sábado, 17 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6299.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa (Montesquieu)
 CULTURA
El novelista que no lee novelas
Agustín Fernández Mallo deslumbra con 'Nocilla dream', un libro más nutrido de ciencia y de pop que de literatura
DAVID TORRES

MADRID.- Nocilla dream, primera novela de Agustín Fernández Mallo, ha irrumpido como un meteoro en el anquilosado panorama narrativo español. Desde las revistas culturales de pequeña tirada hasta los prestigiosos suplementos literarios, el veredicto es unánime: es una auténtica revelación, un libro fresco, original, inquietante. En palabras de Juan Bonilla, autor del prólogo, se trata de «una de las aventuras más arriesgadas de la narrativa de los últimos años». Publicada por Candaya, una humilde y perspicaz editorial barcelonesa, Nocilla dream se ha convertido de la noche a la mañana en un pequeño libro de culto que ha tambaleado algunos de los cimientos supuestamente inconmovibles del mercado literario español.

Publicidad
Antes de este éxito inesperado, Fernández Mallo había publicado varios textos a mitad de camino entre diversas disciplinas y géneros. Él mismo subtituló su Joan Fontaine Odisea como un «poema performance», y esa voluntad de experimentación radical alimenta también Creta lateral travelling (donde la portada muestra un dibujo de Wittgenstein con una camiseta de Superman). El libro ganó el I Premio Café Mon, un certamen casi secreto que el año pasado también premió otro poemario inclasificable y extraordinario: Salvoconductos, de Alvaro Muñoz Robledano.

Toda la obra de Fernández Mallo participa de ese mismo impulso iconoclasta y rebelde, místico y científico a la vez, que su autor ha venido a llamar poesía pospoética y que él mismo define como «una red de redes en continua experimentación y expansión»; y el escritor, por tanto, es «como un laboratorio».

Fernández Mallo es uno de esos raros escritores que viene rebotado desde otros ámbitos no estrictamente literarios: la Física, la teoría de juegos, el dadaísmo, el positivismo lógico, pero también el cine independiente americano, la música indie o las series de televisión.

«La música pop y el cine son algunos de los cimientos de mi formación», dice. «Cuando tenía 18 años, Alberti me parecía un hortera, Miguel Hernández un paleto, Lorca un cursi insufrible, y veía mucha más poesía en las canciones de Joy Divison, de Golpes Bajos, o de Nacha Pop, o en la Física de COU que en todo el discurso dominante». Esa visión heterogénea y tangencial del hecho cultural es la que le autoriza a declararse fan de Borges, de Wittgenstein, de La casa de la pradera y de Sr. Chinarro.

Nocilla Dream nació a resultas de un accidente de tráfico en Tailandia. Una moto le atropelló y, mientras se aburría en la cama, con la cadera rota, no dejaba de ver la tele, fascinado por la continua avalancha de anuncios, teleseries y películas tronchadas de las que apenas podía entresacar algún sentido. El zapeo constante, la atomización del discurso narrativo, empapan de cabo a rabo una novela que es también un poema y una road movie al estilo de Paris-Texas, de Wenders, habitada por putas de carretera, artistas conceptuales, escritores frustrados y asesinos repentinos. La imagen que mejor resume esta gozosa vindicación del azar (un perfecto ejemplo de atractor extraño, según la matemática del caos) es la de un álamo solitario plantado en el desierto, a mitad de una autopista interminable, del que cuelgan multitud de zapatos abandonados.

La impresión de mosaico, de fragmento, recorre de punta a punta un texto troceado y trufado de citas de diversa índole y condición (desde tratados sobre inteligencia artificial hasta noticias sobre la proliferación de micronaciones) que se aglomeran hasta formar una estructura en perpetuo movimiento que obedece a leyes propias. El propio Fernández Mallo ha comentado: «He leído muchas novelas a trozos, pero pocas he terminado, salvo las de los amigos, que leo de arriba abajo más que nada para saber con quién me estoy jugando los cuartos». Entre sus escritores de cabecera se encuentran Valente («quizá el mejor poeta español del siglo XX»), Félix de Azua, Benet, a quien en realidad considera un humorista, o Bernhard, en cuyas repeticiones obsesivas encuentra una salmodia rítmica semejante a la del budismo zen.

Empezamos hablando de meteoros, que es otra imagen traída desde la Física, breve y fulgurante, pero seguramente inexacta. Según su autor, Nocilla dream forma parte de una trilogía vagamente inspirada en aquella vieja canción de Siniestro Total (Nocilla, qué merendilla). Al parecer, las dos siguientes partes (Nocilla experience y Nocilla lab) ya están escritas. Todo hace suponer que Fernández Mallo ha venido del espacio exterior para quedarse largo tiempo entre nosotros. Seguro que el meteoro encontrara una órbita estable.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad