Sábado, 17 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6299.
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 DEPORTES
FUTBOL / Internacional
Rincón, en busca y captura
EL EX FUTBOLISTA COLOMBIANO DEL MADRID, SEGUIDO POR LA INTERPOL POR NARCOTRAFICO Y BLANQUEO DE DINERO PROCLAMA SU INOCENCIA Y ASEGURA QUE «ACLARARA LA SITUACION»
LUCAS SAEZ-BRAVO

A Freddy Eusebio Rincón, la infancia no sólo le marcó su carácter y forjó su excelencia como futbolista. Creció en las callejuelas del barrio Macino, en Buenaventura, entre la pobreza y el olor a pescado del Pacífico colombiano. Allí, siendo un niño que soñaba con balones, conoció a Pablo Joaquín Rayo Montaño, un chaval que surcó caminos antagónicos -y delictivos- a los del ex futbolista del Real Madrid. Desafortunadamente, ahora que ya dejó las botas colgadas en el vestuario de su último equipo, el Cruzeiro brasileño, y que su intención es hacer carrera como entrenador, sus presuntas relaciones con su amigo de la infancia le están pasando factura al Coloso de Buenaventura.

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Poco queda de aquel espigado futbolista que marcó sus primeros goles en el América de Cali durante cuatro años. Freddy Rincón vivió días de gloria y también de tristeza en su largo periplo en el fútbol, pero, sin duda, sus peores pesadillas las está pasando desde que se retiró. Ya en mayo del pasado año tuvo que salir al paso de los rumores que le relacionaban con una gigantesca red de narcotráfico. Esta vez no han sido sólo susurros lejanos. El jueves, la Interpol emitió una circular para la captura inmediata del ex jugador blanco.

Lo que le trae de cabeza a sus 41 años son sus presuntas relaciones con el capo del narcotráfico Rayo Montaño, capturado en 2006 por las autoridades de su país. La Fiscalía colombiana inició el proceso de decomiso de 134 bienes propiedad de integrantes de la organización de Rayo, entre ellos dos fincas, dos apartamentos y una casa de lujo a nombre de Rincón, que es investigado por delitos de narcotráfico y lavado de activos en Panamá (figuraba como testaferro de la organización en una empresa de pesca y un hotel). Según la acusación, fue en 1997 cuando el centrocampista colombiano adquirió los inmuebles y, concluye la Fiscalía, que «desde la década de los 90 tiene vínculos comerciales» con la organización.

Precisamente en esos comienzos de los 90 fue cuando el éxito entabló relación con Freddy. Aquel enorme talento, capaz de regates y goles inolvidables, llamó la atención en Brasil y rápido el Palmeiras se hizo con sus servicios. En Sao Paulo, fue campeón paulista y de Brasil, en un fútbol hecho a su medida.

Desde la samba se trasladó al calcio, en ese sueño cumplido de la infancia de cruzar el charco. En el Nápoles siguió dejando grandes sensaciones antes de regresar al América. Y en el 95, justo el día que cumplió 29 años, un Jorge Valdano enamorado de su magia lo trajo al Real Madrid, en uno de los días «más felices» de su existencia. Lástima que en la capital de España no le fueran bien las cosas, porque desde el día de su llegada todo se torció. En las paredes del Bernabéu le recibieron pintadas racistas: «Rincón, negro, vuelve a la selva». «En lugar de hacerme daño, esas palabras me han hecho fuerte», apuntó.

Tragedia.

Pero ni eso ni el hecho de no triunfar en el club blanco fue lo peor por lo que pasó Freddy en su carrera. «El asesinato de mi compañero Escobar después del Mundial de Estados Unidos fue uno de los peores momentos. Cuando alguien muere por el fútbol dan ganas de tirar la toalla», decía.

Sin duda, muchas de las luces de su trayectoria llegaron en los partidos internacionales. Maturana le hizo debutar el 2 de febrero de 1990, en plena preparación del Mundial de Italia. Allí, en el último partido de la primera fase, minuto 90, virtualmente eliminados con el 1-0 en contra, una jugada inolvidable entre él y Valderrama, acabó entre las redes de Illgner. Cuatro años después, participó en la gesta del 0-5 a Argentina en partido de clasificación para Estados Unidos. Anotó dos goles, aunque después llegó el triste asesinato de Escobar.

Ahora, en busca y captura, su vida y su futuro se ofuscan. Él, que vive en Brasil, se empeña en que demostrará su inocencia: «Al pueblo colombiano le digo que si hoy [por ayer] han escuchado noticias negativas sobre mí, que esperen noticias positivas en las que se aclare mi situación». Todo indica que las luces del genio de Cali se apagarán en prisión.

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