J. EXPOSITO
La sincronizada y el waterpolo cubrirán la primera semana del Mundial de natación, que empieza hoy en Melbourne. En estas modalidades España centra sus objetivos de medalla en el campeonato. El equipo de waterpolo masculino, dirigido por Rafa Aguilar, acude a Australia mirando ya a Pekín. El primer fin es acercarse a las medallas y conseguir una de las plazas para los Juegos Olímpicos del próximo año. El listón del combinado de natación está menos elevado. Será el primer test del grupo desde que Maurizio Coconi se hizo cargo de la preparación. El italiano, con fama de duro, llega de su país tras cosechar grandes éxitos. Especializado en el trabajo con la cantera, la Federación quiere obtener resultados a medio o largo plazo, pero en Melbourne esperan que se note ya la influencia del nuevo director. Erika Villaecija, Eduard Lorente y la joven Mireia Belmonte, campeona del mundo júnior en 400 estilos el pasado año, son los nombres a seguir. Las medallas parecen lejanas, no así la presencia en las finales, durísimas en un Mundial que se espera de primer nivel, a tan sólo un año de los Juegos.
Los clásicos retos de Michael Phelps y el poderío de Gran Hackett en la larga distancia serán los grandes referentes del campeonato. El segundo, con Ian Thorpe retirado, es el ídolo local y aspira a convertirse en el primer nadador que gana cinco mundiales consecutivos en 1.500. Phelps, por su parte, pretende recolectar seis medallas en el 100 libre, 100 y 200 mariposa, 200 y 400 estilos y el relevo 4x200 libre.
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