Miguel Quesada (Sabadell, 1979) continúa saboreando su medalla de plata del 800 en el Europeo en pista cubierta de Birmingham, su primer metal internacional. Sin embargo, lejos de estar en una nube, este ex futbolista analiza lo ocurrido en el mundo del balón y critica a los dirigentes por «calentar los partidos» y a un «grupito de enérgumenos» de manchar la imagen de la afición, aunque, asegura, «todavía es posible ir a los estadios», porque la situación no es tan diferente a cuando él jugaba y llegó a ir a juicio por una tangana.

Pregunta.- ¿Ya ha digerido la medalla?

Respuesta.- Todavía sigo saboréandola, que no todos los días se gana una y hay que disfrutarla.

P.- ¿Se la esperaba?

R.- Yo me veía muy bien y fui cogiendo confianza con el paso de las series, las semifinales... Sabía que mi rival iba a ser Okken, como así fue, y, como estaba bien, no me sorprendió subir al podio.

P.- ¿La sorpresa fue entonces no ganar?

R.- No. El holandés era el más fuerte y lo demostró. Si me hubiera acordado antes de que la recta es más corta que al aire libre, a lo mejor le habría apretado más, pero no sé si le habría ganado. La verdad es que cuando me estaba poniendo a su altura se acabó la carrera. Me falló el subconsciente.

P.- ¿Le vino bien que la presión de ser favorito fuera para Olmedo?

R.- La verdad es que no entiendo lo de Olmedo, porque el que quedó quinto en Gotemburgo fui yo. No sé. De todas formas, a nosotros nos dan un cachito de página y ahí no hay presión. Presión la tienen los futbolistas, que llenan hojas y hojas.

P.- El Mundial de Osaka será ya otra cosa.

R.- Desde luego. Con los africanos y los rusos... Ahora mismo firmaría llegar a ir, que está muy complicado porque en España hay un gran nivel. Acabar entre los ochos primeros sería un gran resultado.

P.- ¿Ha empezado ya a prepararse?

R.- No, ahora estoy descansando. Volveré la semana que viene con calma. Ahora aprovecho para la lectura, que es mi gran afición.

P.- Creía que era el fútbol.

R.- Al fútbol jugué hasta los 19. Es mi segundo deporte.

P.- ¿Y vivió momentos tan tensos como los de ahora?

R.- Bueno, he llegado a tener partidos de suspensión e ir a juicio incluso por lesiones que se montaron en una tangana.

P.- ¿Se pegó?

R.- No, afortunadamente sólo fui testigo. Pero vamos, que tampoco ahora está tan mal la cosa. Todavía se puede ir a los estadios. No ha habido muertos desde hace mucho tiempo.

P.- Pero lo del Betis-Sevilla...

R.- Eso es culpa de los dirigentes, que calientan los partidos y de dos o tres energúmenos incontrolados que es a los que hay que quitar de en medio. Son unos 10 o 12 entre 70.000.

P.- Derecha o izquierda.

R.- Izquierda. y en política también, porque la derecha no me va nada, ya se pasó de moda.

P.- Una manía.

R.- Ponerme muñequeras de esparadrapo en las competiciones. Si no las llevo se me hace raro.

P.- ¿Qué no soporta?

R.- Las injusticias. Ni las diferencias de sueldos tampoco. Me pone malo que haya gente ganando millonadas y otros dejándose el lomo por tres duros.

P.- ¿Cómo los futbolistas y ustedes?

R.- Por ejemplo, eso me pone malo.

P.- ¿Sexo de día o sexo de noche?

R.- A todas horas, si se puede.

P.- Lo mejor y lo peor de usted.

R.- Lo mejor, no sabría decirle. Y, lo peor, que soy muy depistado. Fíjese, he perdido la cartera tres veces, y una volviendo de una competición en Tenerife con las ganancias.

P.-¿Cómo desconecta?

R.- Saliendo con mis amigos y mi chica.

1979: Nace en Sabadell. 1995: Juega al fútbol como aficionado. 1998: Tras cumplir el servicio militar se pasa al atletismo. 2000: Debuta como profesional en el 800 con una marca de 1:49:26. 2002: Se estrena como internacional en el Europeo de Múnich. Eliminado en series 2004: Participa en los Juegos Olímpicos de Atenas. No logra superar las series 2006: Quinto en los Campeonatos de Europa de Gotemburgo. 2007: Plata en el Europeo indoor de Birmingham.