José María Fidalgo, que en su última intervención ante el Consejo Confederal de CCOO el pasado 31 de enero defendió abiertamente la posibilidad de celebrar en Sevilla la manifestación principal de la jornada, «siempre ha considerado», precisaron a EL MUNDO fuentes de la dirección de su sindicato, «que el carácter unitario de la convocatoria y la concurrencia de ambos secretarios generales en un mismo acto estaba fuera de toda duda».

En cualquier caso, siempre según las citadas fuentes, CCOO mantiene la idea, desde hace años, de que la manifestación central del 1 de mayo salga de Madrid. Entre otras cosas, porque cada año la participación es más reducida debido, por ejemplo, a que la celebración del Día de la Comunidad de Madrid (2 de mayo) da lugar siempre a un puente que los madrileños aprovechan para salir de la ciudad.

Esta revisión de la Fiesta del Trabajo, cada vez más minoritaria y más tensa (Sintel, colectivos antiglobalización) sigue encima de la mesa y, según fuentes de CCOO, es compartida por UGT.

Los interlocutores de este diario en el sindicato de Fidalgo precisaron, sin embargo, que, en esta ocasión, la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas y el enfrentamiento entre UGT-Madrid y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, han enturbiado el debate y lo han sacado de contexto.