Sábado, 17 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6299.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa (Montesquieu)
 MADRID
Speaker's corner
El poder de la micropoesía
LEOPOLDO ALAS

La Clamores no es una sala fácil para actuar y menos con un espectáculo tan intimista y verdadero. Me lo dijo el actor y director de teatro Carlos Borsani, que nunca había visto actuar a Ajo y estaba sorprendido con su poderío escénico. Este jueves la micropoetisa, acompañada como siempre por el gran músico Nacho Mastretta, representó su Striptease Cardiovascular con un dominio de recursos digno de ser recordado. Las tablas acumuladas en sucesivas actuaciones por ciudades y pueblos de España han ido perfeccionando su show, y el público se entregó a su sinceridad y a su ingenioso sentido del humor. Quiso estrenar un nuevo micropoema sobre la desnudez y el olvido aclarando antes que lo iba a probar en Madrid y que, si funcionaba, lo exportaría a provincias. Lo contrario de lo que hacen las compañías teatrales. Y el público rió. «Espero que hayáis venido impresionados de casa», advirtió al principio quitándose importancia. Iba del sentimiento a la ironía poniendo suspiros a sus versos de desamor y aclarando a los presentes que de todas formas ella exagera mucho: «Igual es un poco tarde para avisar. Yo exagero para disimularte, pequeñez mía». Pero al rato declaró con desparpajo: «A humilde no me gana nadie». Su espectáculo es una suma de aciertos: se sustenta sobre la base de una poesía buena y de un enorme talento para decir y para cantar (entre otras canciones, Humo, ¿Qué tal lo estaremos pasando? o Que me envuelvan pa regalo). Ajo va engarzando sus micropoemas en un discurso global que es toda una declaración de principios, una filosofía de vida de una actualidad incontestable. Me fascinó comprobar hasta qué punto su micropoesía conecta con el presente. El público le dedicó un aplauso cerrado cuando dijo que ella ve «demasiado miedo para tan poco peligro». No hace falta explicar más. La intensidad del aplauso fue muy elocuente. Ajo domina los tiempos en absoluta complicidad con la música de Mastretta, manejando con habilidad los silencios y con un despliegue de gestos elegantes y sutiles que sólo las muy buenas actrices consiguen. Por eso Borsani estaba sorprendido. Y lo estaba Ruth Toledano, que por primera vez veía actuar a su comadre y se felicitó del impulso que da Ajo no sólo a sus propios versos sino a la poesía en general, tan alejada de la vida en los aburridos dominios oficiales. Por el camino del arte, con sinceridad e inteligencia, Ajo es lo mejor que ha ocurrido en la poesía de los últimos años. Y no sólo en la poesía.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad