S. H.-M.
Mientras los diputados expulsados insisten en su empeño de recuperar sus escaños, el Gobierno está logrando convencer a sus suplentes para que acudan el martes al Congreso y ocupen sus puestos. Ya hay un grupo de por lo menos 21 dispuesto a dar el paso, y la cifra puede aumentar en los próximos días. Según dijo a EL MUNDO el ex presidente Lucio Gutiérrez, su sucesor, Rafael Correa, los «está tentando» en reuniones secretas. Pero, el ex coronel estima que la mayoría de los 24 congresistas de Sociedad Patriótica «responden a la dirigencia a pesar de la fuerte presión del Gobierno».
En el mismo sentido se manifestó Gloria Gallardo, diputada del Prian, que ha escapado a varios intentos de linchamiento por parte de manifestantes. «Correa está comprando diputados alternos. Usted no puede controlar la corrupción. Todo puede pasar el martes». Agrega que, como primera fuerza parlamentaria, van a seguir a pie de lucha, hasta conseguir que les admitan de nuevo, aún a riesgo de sus vidas. «El Gobierno paga turbas y fuerzas de choque para agredir», asegura.
A la disposición de un buen número de sustitutos de tomar posesión el martes, se une la revisión de la lista de los cesados por el Tribunal Supremo Electoral, que terminará habilitando a alguno de los que alegan que no estaban en el Congreso el día que se decidió la destitución del presidente de dicho tribunal. También juega a favor de quienes apoyan la restauración del Congreso con parlamentarios nuevos, la renuncia voluntaria de dos de los cesados, que han cedido su espacio a los segundos de sus listas. Todo ello hace suponer que el martes el presidente del parlamento contará con el quórum requerido.
Para el analista político César Montúfar, «es necesario que se mantenga un mínimo de institucionalidad y que sesione el Congreso. Lo ideal sería que los actores principales de la crisis -los 57 diputados y el presidente del Tribunal Supremo Electoral-, en un acto de patriotismo, se vayan».
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