Osasuna aplasta al Athletic / EL MUNDO

BILBAO.- El Athletic toca fondo y continúa su agonía por la Liga sin poder escapar de la zona de descenso. Un campo lleno y una afición entregada no le bastan para retener los puntos como anfitrión. Ante Osasuna, los aficionados asistieron a un nuevo ejercicio de impotencia de su equipo.

Los intentos por recuperar la extraviada magia de San Mamés se han ido sucediendo y, a través de la implicación de la grada y un colorido que se quiso extender durante todo el día a las calles de Bilbao y alrededores, se esperaba para ayer ante un Osasuna muy distinto al que obtuvo el histórico billete para los cuartos de final de la Copa de la UEFA. Tan sólo el iraní Nekounam y el portero Ricardo repetían en la alineación de Ziganda, otrora venerado por una afición que ayer le contemplaba como extraño enemigo.

Mané, por su parte, con los dos arietes renqueantes durante la semana, apostó por Aduriz y concedió al joven Iturriaga la responsabilidad de conducir el juego del equipo junto a Iraola. El técnico quería que el escenario se convirtiera en una olla a presión para los navarros y el partido comenzó con los rojiblancos desbocados hacia la meta navarra.

Aduriz firmó el primer cabezazo tras una falta botada por Yeste en una jugada muy similar a la de su gol en Vigo e Iraola buscó sorprender a Ricardo en otra acción a balón parado. El mexicano Iturriaga fue el tercero en probar fortuna, pero el gas intimidatorio ya había comenzado a remitir. El abuso del pelotazo en largo con una zaga ordenada como la de Osasuna era poco argumento.

El equipo de Ziganda, en cambio, amagó muy en serio en su primera incursión en el área rojiblanca. Soldado recogió un balón y a la media vuelta batió a Aranzubia, aunque la jugada quedó invalidada por una posición antirreglamentaria.

El ariete cedido por el Real Madrid había dejado su sello de peligrosidad casi en el primer balón en condiciones que tocó y poco después tiró de picardía para propiciar el despegue de su equipo en el marcador. Recibió de espaldas, pero se giró ante Amorebieta dejándose caer a continuación. Clos Gómez pitó penalti y en ausencia de Puñal, Muñoz se encargó de transformarlo en gol.

San Mamés se despresurizó en un instante y Soldado y Muñoz volvieron a disparar, aunque sin demasiado tino. Mucho más tuvo Javi Martínez antes del descanso, en la opción más nítida de los anfitriones. Fue un buen centro de Expósito cabeceado de forma impecable por el joven ex rojillo, pero sensacional fue la mano que metió Ricardo para enviar el balón a córner.

La desventaja viene siendo una losa pesadísima para el equipo de Mané, incapaz de dar réplica a un marcador desfavorable. El panorama se ensombreció del todo nada más comenzar la segunda mitad. Amorebieta repelió un balón colgado que cayó a pies de David López. Tras un control orientado, el interior riojano se sacó un lanzamiento desde la frontal inalcanzable para Aranzubia.

Mané reaccionó de inmediato y saltaron al césped Urzaiz y Garmendia, aunque volvió a ser Javi Martínez el que estuvo cerca de marcar y de recuperar al Athletic para el partido. De nuevo Ricardo, con la ayuda del larguero, lo evitó. Mientras, Ziganda, que relevó en el descanso al lesionado Juanfran por Juanlu, recurrió a Puñal para enfriar el partido. El empuje y las ganas, una vez más, fueron insuficientes para un Athletic que todavía encajó un tercer tanto en una excepcional jugada de Izquierdo en la que dribló hasta a Aranzubia.

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