«Me jode irme sin haber demostrado nada», rumia Gabriel Fernández Arenas, una promesa camino de eternizarse en ese estado. Porque Gabi (Leganés, 1983) se irá del Atlético a final de temporada tras haber sido anunciado como el pilar de varios proyectos, el último de ellos este mismo año. Debutó en el primer equipo con Manzano (2004), se marchó un año a Getafe y explotó, ahí sí, de la mano de Quique Sánchez Flores, que incluso lo quiso para su aventura en Valencia. Pero el muchacho, a su regreso, se encontró con Bianchi y entró en una espiral de la que quiso escapar en febrero. Anunció que estará en el Zaragoza las próximas cinco temporadas y, ¡oh, casualidad!, hoy jugará su segundo partido como titular este año... en La Romareda -el primero fue el 7 de enero, frente al Nàstic en el Calderón-.
Mucho morbo, en el césped y en los despachos. La dirección del Atlético teme el partido de hoy por un doble motivo. Podría ser la cuarta derrota ante un rival directo por Europa (tras caer en Sevilla, Valencia y Huelva), pero también porque un buen papel hoy de Gabi abriría muchos debates. «Tampoco es eso. Él no ha triunfado aquí, no ha dado todo lo que podía dar y lo sabe», dicen desde el club, donde no tienen más que buenas palabras para el futbolista. Entre otras cosas porque Gabi llegó a un acuerdo con el Zaragoza, pero logrando que los maños paguen al Atlético 1,5 millones de euros como si fuera un traspaso -que no lo es- y aceptando que su equipo de toda la vida pueda repescarlo durante los dos primeros años: eso sí, a cambio de ocho millones. Miguel Angel Gil y Enrique Cerezo no quieren encontrarse de buenas a primeras con un caso similar al de Rubén Baraja.
Pocos contaban con la titularidad de Gabi desde que anunció su marcha, pero los problemas de Maniche -otro al que ya le están buscando salida para el año próximo- le colocan hoy en la manija del equipo junto a Luccin. Con apenas 812 minutos de juego, dicen quienes están cerca de él que tiene la cabeza en otro sitio. Cuando Javier Aguirre concede el día de descanso semanal, Gabi coge su coche y se marcha a Zaragoza para ir preparando el terreno. Son 630 kilómetros en un día para buscar casa, conocer la ciudad... «El Zaragoza mejoraba las condiciones, deportivas y económicas, que me ofrecía el Atlético para renovar. Es la hora de dar el salto e intentarlo en otro lugar», explica con cara de tristeza, no en vano lleva una docena de años, desde su etapa en infantiles, en el Atlético.
Va a firmar el mejor contrato profesional que ha tenido hasta la fecha. Con el primer dinero que ganó le compró un coche a su padre, y poco después logró que dejase de trabajar como conductor de la línea de autobús 488. La camioneta verde que une Leganés y Getafe se quedaba sin uno de sus conductores veteranos. Pequeños sueños cumplidos, nunca trasladados al terreno de juego. Este año también se anunciaba protagonismo para él, pero un accidente de tráfico volviendo a casa tras el partido contra el Sevilla volvió a complicarlo todo.
Ese domingo llovía en Madrid y en la salida de la M-40 hacia Leganés, con su padre en el asiento del copiloto y su madre detrás, el coche derrapó y el susto fue grande. Era el 24 de septiembre y la fractura de clavícula lo tuvo fuera de juego durante dos meses. «Pero más allá de eso es que tiene la cabeza ya en Zaragoza», dice uno de los empleados del Atlético.
Siendo cierto, Gabi espera hoy completar una buena tarde por dos razones: para que nadie dude de su profesionalidad y para que la que será su nueva afición se ilusione. «Allí me han ofrecido crecer y para eso voy. Necesitaba dar un paso como el que voy a dar, y además yo veo al Zaragoza como el Valencia del futuro», ha dicho el centrocampista, líder de una generación de canteranos en rojo y blanco que no han terminado de hacerse camino. La prensa, en su día, ensalzó el empuje de tipos como Arizmendi, Manu del Moral, Toché o Braulio, que nunca terminaron de cuajar. Ni siquiera su líder, al que Pepe Murcia, padre y protector en el Atlético B y en el final de la campaña pasada, definió así: «Tiene el toque de Xavi, la visión de Guardiola y la llegada de Baraja». Le falta demostrarlo.
Zaragoza: César; Diogo, Sergio Fernández, Gabriel Milito o Piqué, Juanfran; D'Alessandro, Zapater, Celades, Aimar; Sergio García o Ewerthon y Diego Milito.
Atlético: Leo Franco; Seitaridis, Zé Castro, Eller, Pernía; Galletti, Luccin, Gabi, Jurado; Fernando Torres y Agüero.
Arbitro: Ramírez Domínguez.
La Romareda: 19.00 horas, PPV.