Lafusión entre la compañía mexicana Telmex y Telefónica no fue posible en 2000 y menos lo será en 2007. El propietario de la primera operadora de telecomunicaciones de México, Carlos Slim, celebró su recién estrenado tercer puesto en el ranking de las mayores fortunas del planeta de Forbes con una rueda de prensa de cuatro horas. Fue el pasado lunes y en ella el magnate mexicano sacó de su chistera algunos recuerdos del pasado para poner en evidencia el supuesto intervencionismo de algunos gobiernos. Slim, que desde hace años recibe los consejos de su consilliere Felipe González, ex presidente español, recordó a otro mandatario español, José María Aznar, al revelar que en 2000 propuso a su homólogo mexicano, Ernesto Zedillo, una fusión entre el gigante español y Telmex, lo que habría dado lugar a la mayor operadora de telecomunicaciones de Latinoamérica, con presencia también en el mercado hispano de Estados Unidos.
En aquel momento, Telefónica estaba intentando entrar en el mercado mexicano y la fusión con Telmex figuraba entre las posibilidades, pero ésta fue rechazada de plano por Slim y Zedillo. «En una ocasión, el presidente de España llamó al presidente de México para fusionar Telmex y Telefónica», dijo Slim, que tuvo dificultades para recordar la fecha concreta. «Sería en 1999 ó 2000», dudó, para después recordar que Zedillo recomendó a Aznar que hablara con los gestores de Telmex, pues la empresa era completamente privada. Al igual que Telefónica, que por aquel entonces ya estaba completamente privatizada. Los contactos y las posibles alianzas (colaborar en el mercado hispano de Estados Unidos...) no fructificaron y ambas compañías volvieron a ser lo que son ahora, puros competidores.
Pero los expertos del sector son conocedores de la permanente rivalidad de Slim con Telefónica, la única compañía capaz de poner en entredicho el liderazgo de Slim tanto en telefonía fija (Telmex) como móvil (América Móvil) en el subcontinente.
Una fusión entre ambas compañías sería ahora «inviable», pues crearía un «monopolio en Latinoamérica», afirmó el tercer hombre más rico del mundo, según Forbes.
Slim se jactó de tener 30 millones de clientes más que Telefónica en el subcontinente y rechazó las fuertes críticas de la compañía española como de otras operadores sobre la escasa competencia del sector en México. Respondió con otra andanada, ya que no sólo México es un mercado abierto, según el magnate que controla la mayor tajada de las telecomunicaciones en ese país, sino que España no le ha correspondido con reciprocidad. Slim lamentó que, hace dos años, el Gobierno español dejara fuera a su compañía de la licitación de una licencia de telefonía móvil GSM, cuyo espectro fue posteriormente repartido entre las compañías ya existentes.
Según los expertos, Slim, con estas declaraciones, ha querido tensar aún más la cuerda de la rivalidad entre su grupo y Telefónica, en un momento en que la compañía española está reforzando sus posiciones en Latinoamérica, especialmente en Brasil, el mercado más atractivo.
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