Dos campañas publicitarias han generado esta semana una sonora polémica en la opinión pública. La primera -de Dolce & Gabbana- ha sido retirada después de recibir denuncias por machista y violenta. En el anuncio se ve una mujer maniatada por un hombre bajo la atenta mirada de otros cuatro más. La segunda campaña -de Armani- ha levantado gran polvareda después de que el defensor del Menor dijera que parecía una promoción del turismo sexual. Hay quien comparte este punto de vista, pero son muchos quienes defienden la libertad creadora de los publicitarios. Los lectores de EL MUNDO están muy divididos.
Fariseísmo
Me parece absurdo que haya instituciones que se atrevan a imponer canones de lo políticamente correcto en la publicidad. Hay situaciones en la vida real mucho más perversas que la que muestran esos anuncios y las autoridades no hacen nada. Luis Fernando Caamaño. Madrid.
Intolerable
El anuncio retirado de Dolce & Gabbana era una ofensa a las mujeres. La imagen de la chica tumbada y sujeta por los brazos por un hombre semidesnudo es una clara alusión a una violación. Las autoridades no deberían consentir estos anuncios que ofenden a las mujeres y defienden subliminalmente un estereotipo machista. Blanca González Arregui. Valencia.
Decisión judicial
No me gusta la censura y, por ello, creo que sobran los comportamientos intolerantes de quienes quieren imponer cómo deben ser los anuncios. Los únicos capacitados para retirar la publicidad de una marca son los jueces. Si alguien se considera ofendido, que ponga una demanda y que sean los tribunales los que decidan. Pedro Ramón Gómez. Dos Hermanas /(Sevilla).
Doble rasero
Los progresistas en este país tienen un doble rasero. Si la Junta de Extremadura financia una exposición con imágenes religiosas pornográficas, hay que tragar con ello en nombre de la libertad de creación del artista. Si se hace publicidad como la de Dolce & Gabbana hay que prohibirla porque no les gusta a las mujeres feministas. Ya está bien. Ana Robredo.. Madrid.
Me ha indignado el anuncio de Armani en el que se utilizan a dos niñas de rasgos orientales para vender ropa. El Gobierno tiene la obligación de proteger a la infancia y no debería consentir una publicidad que utiliza la imagen de unos niños con fines comerciales. Esos anuncios jamás deberían ser exhibidos. Dolores de la Huerta. Madrid.
Lo correcto
Vivimos una dictadura de lo políticamente correcto. Los poderes públicos deben respetar la libertad y no tienen por qué inmiscuirse en cuestiones de estética. Los anuncios de Dolce & Gabbana y Armani no son ofensivos para nadie. Sólo para aquellos que ven lo que quieren ver. Daniel Fernández. Vigo.
Mal gusto
Los anuncios de Dolce & Gabbanna y de Armani me parecen de mal gusto. Las dos empresas han hecho bien al retirarlos porque comprendo que existan mujeres que se hayan ofendido con esa idea de explotación del cuerpo femenino que transmiten. La publicidad debe respetar unos límites éticos y estéticos que se han sobrepasado en esta ocasión. Lo ideal sería el autocontrol en la publicidad. Javier Salas. Burgos.
|