LEONOR MAYOR
BARCELONA.-
Ni para ti ni para mí. El presidente de la Generalitat, José Montilla, ha decidido, después de pensarlo con calma, celebrar la diada de Sant Jordi cerca del chocolate con churros de Jordi Pujol y lejos de los canapés de Pasqual Maragall, pero en el Palau de Pedralbes, como institucionalizó el ex presidente socialista, y no en el de la Generalitat, como fue tradición durante los 23 años de gobierno del mandatario nacionalista.
La jornada se iniciará, como viene siendo tradición desde la recuperación de la democracia, con una misa celebrada a primera hora de la mañana en la capilla pequeña del Palau de la Generalitat, que oficiará el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, según explican fuentes del Departament de Presidència.
Después se iniciará una jornada de puertas abiertas en el Palau de la Generalitat. Mientras los catalanes que lo deseen aprovechan para conocer estas instalaciones, se realizará el también tradicional acto de bendición de la rosa.
Después, el presidente Montilla se trasladará al Palau de Pedralbes, donde invitará a desayunar a los representantes de la sociedad civil catalana, a los miembros destacados de las instituciones y a los periodistas. Este piscolabis tendrá lugar entre las diez y las once horas de la mañana. Habrá café con leche y, seguramente, chocolate con churros, como era costumbre durante la era Pujol.
Maragall acabó con esa tradición e inició otra que ya no tendrá continuidad. El inmediato antecesor de Montilla trató de dar algo más de glamour a la celebración institucional de Sant Jordi proponiendo un aperitivo -que se acababa convirtiendo en comida- elaborado por algunos de los cocineros más conocidos de la gastronomía catalana. El convite estaba aderezado con la música surgida de un cuarteto de cuerda y los invitados tenían la oportunidad de saludar al president.
Montilla ha elegido el mismo escenario que Maragall, el Palau de Pedralbes, para su primer Sant Jordi, ya que es un espacio más amplio que permite mayor comodidad para albergar a los invitados.Aunque todo apunta a que la fiesta será más austera, como lo es el propio Montilla, el actual president no reparará en gastos a la hora de obsequiar con un presente de carácter «literario» a los asistentes, según indican las mismas fuentes.
Además, Montilla quiere que todos los catalanes, y no sólo los vips, puedan celebrar la diada de Sant Jordi de una manera especial.Por eso, el próximo 23 de abril inaugurará lo que espera que se convierta en una nueva tradición: la realización de la lectura de una obra literaria de especial significado en la plaza Sant Jaume. Este acto, que será de puertas abiertas, tendrá lugar a lo largo de la tarde y contará con la participación de lectores bien conocidos para el público catalán.
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