ZARAGOZA 1
ATLÉTICO 0
César
Diogo
Sergio
G. Milito
Juanfran
Celades
Zapater
D'Alessandro
Aimar
Ewerthon
D. Milito
Cambios: S. García por Ewerthon (min. 40)
Piqué por Gabi Milito (min. 46)
Movilla por Aimar (min. 64)
Leo Franco
Seitaridis
Zé Castro
Eller
Pernía
Luccin
Gabi
Galletti
Jurado
Agüero
Torres
Cambios: Mista por Eller (min. 73)
Marqués por Jurado (min. 87)
s.c.
Arbitro: Ramírez Domínguez
Tarjetas amarillas: Diogo, Sergio, D. Milito, Pernía y Galletti.
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 1-0: D. Milito (min. 19).
LA ROMAREDA. LLENO.
ZARAGOZA.- No podía fallar, pero falló. Se agotaron las excusas para el Atlético, inhábil para rebañar algo digno en La Romareda. Volvió a ser pequeño, muy pequeño, igual que en Sevilla, Valencia y Huelva, y lo único de lo que puede presumir es del poco peso de los que vienen por detrás. Seguramente estará en la UEFA el año que viene, pero deberá lamentar por mucho tiempo una ocasión como la de este año, donde los errores del resto le hubieran permitido, a nada que hubiese propuesto un poco más, soñar con cimas más altas.
Frente al Zaragoza, se volvió a encoger a las primeras de cambio. Salió mejor, con el balón en los pies, y tuvo dos ocasiones -un disparo de Agüero y una llegada de Torres que, por cierto, no volvieron a aparecer-, pero fue Diego Milito el que, en la primera de los de casa, dejó sentado a Zé Castro y batió a Leo Franco. Y ahí murieron los de Aguirre.
El tanto fue un revulsivo para el equipo y el Zaragoza empezó a sentirse más cómodo en el campo. Devolvió las estadísticas de posesión a su terreno y el partido se volvió más lógico. Diego Milito pudo volver a marcar tras un buen pase de Juanfran, pero el balón se paseó por el área pequeña sin que el argentino pudiera rematar. Con todo, el Atlético iba a vender cara su piel y un disparo de Luccin lo sacó César con los pies con mucha suerte. Con el paso de los minutos, ya entrados en la segunda parte, los visitantes fueron acaparando la pelota y el choque se jugó casi siempre en campo del Zaragoza, pero eso no supuso ningún sobresalto para el portero local.
Mientras, los de Víctor buscaban el segundo tanto a la desesperada, como si tuvieran el marcador en contra en vez de a favor. Ese juego sin criterio dejó demasiados huecos atrás. El pánico al empate permitió al Atlético jugar a sus anchas, aunque no supo encontrar el gol. El Kun Agüero tuvo una clarísima ocasión en el minuto nueve de la segunda mitad, tras un buen centro de Galletti, pero el Zaragoza logró desbaratar con apuros la jugada. Lo volvió a intentar Agüero instantes después, pero el balón llegó a las manos de César. El equipo blanquillo no estaba jugando bien. Aimar y D'Alessandro no entraban en el juego como debían, Celades estaba lento y el Atlético llegaba con una facilidad pasmosa a las inmediaciones del área, aunque sin generar peligro.
Así lo vio Víctor Fernández, que tuvo que recomponer el centro del campo con el único cambio que le quedaba tras la salida forzosa de Ewerthon y Gabi Milito del terreno de juego por molestias musculares. Movilla saltó al campo sustituyendo a Aimar y el equipo pareció recuperar el tono. Al final, el Zaragoza se llevó una victoria importantísima en una jornada en la que los resultados le son muy favorables. Una inmejorable manera de celebrar el 75 aniversario en un encuentro con unos minutos finales vibrantes, con una grada volcada como hacía mucho que no se recordaba en la Romareda, que celebró la victoria como si de un título se tratara.
No era para menos. Al fin y al cabo, ayer ganó más de tres puntos, pues el goal-average con su rival de ayer también le es favorable. En el otro bando, las miradas al suelo de los jugadores cuando se retiraban al vestuario hacían inútil cualquier explicación añadida. El día que necesitaba dar un puñetazo en la mesa, el Atlético volvió a desaparecer. Al primer golpe se cae, y así es difícil pensar en nada mejor que sobrevivir.