SEVILLA 2
CELTA 0
Palop
Daniel Alves
Aitor Ocio
Escudé
David
Martí
Maresca
Navas
Adriano
Kanouté
Kerzhakov
Cambios: Cobeño por Palop (min. 45)
Poulsen por Kanouté (min. 61)
Puerta por Adriano (min. 79)
s.c.
Pinto
Angel
Yago
Lequi
Placente
Jonathan Vila
Tamas
Gustavo López
Nené
Canobbio
Baiano
Cambios: J. Aspas por Tamas (min. 45)
Bamogo por Vila (min. 60)
Jorge por Justavo López (min. 78)
s.c.
Arbitro: Rubinos Pérez
Tarjetas amarillas: López, Aspas, Placente.
Tarjetas rojas: Canobbio (min. 73).
Goles: 1-0: Kanouté, de penalti (min. 52). 2-0: Kerzhakov (min. 93).
SANCHEZ PIZJUAN. LLENO.
SEVILLA.- Después del subidón con el Barcelona, llegó la resaca con el Nàstic. Después del subidón con el Shakhtar, llegaba el trago del Celta, que a punto estuvo también de indigestársele al equipo de Juande Ramos, casi por exigencias del guión: se apretujó atrás el conjunto gallego y ametralló balas de fogueo el salvaje grupo local. Habría que ver cómo se hace, pero no le vendría mal al Sevilla cambiar un poco más de puntería por fútbol, que le sobra a espuertas. La ineptitud de los blancos para remachar el gol resultó nuevamente escandalosa, y mantuvo abierto un duelo que no debió de tener tanta historia. No fue casual que sólo pudiera batir al Celta su pichichi, Kanouté, y de penalti; y su próxima gran estrella, Kerzhakov, en el minuto 93.
Por lo demás, no hay problema. Sin estar de dulce, el Sevilla abrumó al Celta con un juego de aluvión que vino a morir en el área. Pero hasta que se atrancaba ante la puerta de Pinto, el fútbol volvía a alcanzar categoría de arte con el despliegue del formidable catálogo que exhiben los sevillistas. Juego en corto, comenzando muy juntitos, y abriéndose como una bomba de racimo con destino a la puerta de Pinto. Con pases en largo, habitualmente de Alves, el hombre orquesta, la alegría de la Liga. Aprovechando los estiletes en la cal de Adriano y de Jesús Navas, que cada vez fue cayendo más al centro, como todo el Sevilla. No había síntoma más claro de la obsesión por el gol, que abordaban los de Juande Ramos con una creciente e inevitable ansiedad.
Había motivo. Una noche más, las ocasiones erradas tenían una decena de firmas. Otra de las paradojas de este Sevilla, que alinea equipos en los que casi todos sus jugadores pueden hacer gol (incluido el portero). Sin embargo, el premio no caía. Como sucedió en Donetsk, la primera parte se cerraba con una decena de llegadas al área de Pinto, que culminó su recital en el minuto 45 alargándose como un muelle a un tiro de Alves que caía como un misil desde las nubes.
El Sevilla por fin encontró el camino tras el descanso en un penalti que transformó Kanouté. El Celta trató de reaccionar, pero había mucho fútbol enfrente. El 2-0 de Kerzhakov hizo justicia.