Lunes, 19 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6301.
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Abrigamos muchos prejuicios si no dudamos, alguna vez, de todo en lo que hallemos la menor sospecha de incertidumbre (Descartes)
 ECONOMIA
Turbulencias en la economía
RAFAEL PAMPILLON

Llevamos un mes que no ganamos para sustos. Hace tres semanas, el 27 de febrero pasado, las Bolsas experimentaron un fuerte descenso. A la semana siguiente se recuperaron y el miércoles de la pasada volvieron a desplomarse con fuerza para acabar repuntando durante el jueves y caer el viernes, excepto la española.

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Desde el 1 de enero, las Bolsas mundiales se han movido con gran volatilidad pero con tendencia a la baja. Todas tienen ahora niveles más bajos que los que tenían nada más estrenar 2007. ¿Qué razones explican esta súbita corrección de los mercados?

En primer lugar, las recientes e inoportunas declaraciones de Alan Greenspan alertando sobre el riesgo de una recesión en EEUU a finales de 2007, no cabe duda de que han influido. Además, la debilidad de la economía americana, que crece más lentamente de lo esperado y por debajo de su potencial. Un ejemplo es el dato negativo en los pedidos de bienes duraderos por parte de las empresas que se resisten a comprar bienes de capital a pesar de que tienen exceso de liquidez. Otro, las ventas al por menor del pasado febrero (con crecimiento del 0,1%), que han mostrado un comportamiento más débil de lo esperado (el 0,3% previsto por los analistas). Pero fue peor aún la evolución de las ventas minoristas, excluidas las de vehículos y gasolina, que arrojaron un inesperado retroceso del 0,3%, lo que supone la mayor caída de las registradas desde el mes de abril del año 2004.

Por si fuese poco, otra razón del retroceso bursátil hay que buscarlo en el incremento del riesgo geopolítico en Afganistán y el consiguiente aumento de la tensión con Irán. También, y quizá lo más preocupante es que, en Estados Unidos, los propietarios de viviendas no devuelven, cada vez más, sus hipotecas. Como consecuencia, muchos prestamistas han quebrado.

Los préstamos hipotecarios impagados han ido en aumento durante el último año. Sin embargo, los analistas no están alarmados, ya que los impagos proceden de las personas con un mayor perfil de riesgo que suelen tener menos ingresos y, por lo tanto, representan una parte pequeña del consumo, motor clave del crecimiento económico.

Además, el paro sigue estando bajo, lo que sugiere que las personas de menores ingresos tienen todavía algunos recursos a su alcance, aunque no puedan pagarse sus viviendas ni pedir dinero prestado. Pero cuando el desempleo estadounidense empiece a aumentar, algo que parece inevitable como consecuencia de la desaceleración de su economía, se generarán nuevos impagos de hipotecas, lo que generará una nueva crisis de liquidez y quiebra de entidades financieras especializadas en clientes de alto riesgo. Por tanto, parece que el ajuste a la baja del ciclo económico está en marcha y la corrección del sector de la vivienda seguirá.

¿Este mal comportamiento de la economía de EEUU puede contagiar a los países europeos y a España? Algunos economistas piensan que a medio plazo sí. Ya que si la mayor potencia del globo se debilita se reducirá su consumo, inversión e importaciones. Las empresas europeas y también las de los países emergentes (por ejemplo, China) venderán entonces menos bienes en EEUU.

Además, si los chinos producen menos, porque venden menos a los americanos, necesitarán menos bienes de equipo procedentes, por ejemplo, de Alemania. Y si los germanos, franceses e italianos fabrican menos para los chinos y americanos, la Eurozona, incluida España, puede comenzar a enfriarse. En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) subió, en su última reunión el 8 de marzo, los tipos de interés, hasta situarlos en el 3,75%. La autoridad monetaria ha apuntado que los volverá a subir antes del verano hasta el 4%. ¿Son acertadas estas subidas? Algunos analistas consideran que no, ya que, cada vez más, las familias están tomando conciencia de que esta tendencia de subidas del tipo de interés está incrementando el Euribor (situado en el 4,11%) lo que supone aumentos en las cuotas de las hipotecas y, por tanto, dificultades para pagarlas.

Sin embargo, hay economistas más optimistas, que piensan que tanto EEUU como la economía global, se recuperarán de esta crisis de volatilidad e incertidumbre a pesar de los problemas de los créditos hipotecarios. Sus predicciones se basan en que los fundamentos económicos globales se mantienen muy robustos. Incluso si las perspectivas económicas para Estados Unidos no fueran buenas, la liquidez global sigue siendo muy amplia y no se puede eliminar en un breve espacio temporal. Como ven, hay opiniones para todos los gustos.

Rafael Pampillón es catedrático de la Universidad CEU-San Pablo y profesor del Instituto de Empresa.

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