HÉCTOR MARIN
ESPARREGUERA (BARCELONA).-
Artur Mas se subió ayer a un escenario, pero no para dar ningún mitin. El presidente de CiU actuó en una representación de la Pasión en el municipio barcelonés de Esparraguera junto a su esposa, Helena Rakosnik.
«Mi papel es muy pequeño, sólo salgo a hacer bulto», explicó Mas. La tradicional puesta en escena de los últimos días de la vida de Cristo llevó al líder nacionalista al escenario, aunque sólo fuera por tres minutos. Mas se vistió y maquilló para ser un figurante más del pueblo hebreo en el pasaje que representa la entrada de Jesús en Jerusalén, uno de los más simbólicos. El proceso de caracterización, con barba incluida, fue inmortalizado por numerosos fotógrafos.
Mas dijo que prefería no establecer «ningún paralelismo» entre el via crucis electoral de CiU y el espectáculo religioso: «Cada uno lleva su cruz en la vida», señaló. Al acabar el acto, y ya en clave política, Mas presentó a CiU como la fuerza necesaria para lograr la «centralidad».
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