De los ocho guardias civiles del acuartelamiento de Roquetas de Mar (Almería) imputados por la muerte del agricultor Juan Martínez Galdeano, sólo el teniente Rivas mantiene una actividad laboral normal. Está destinado fuera de la provincia. El resto permanece de baja psicológica. La otra persona que se vio involucrado en el altercado, el agente en prácticas que no ha sido encausado, continúa su formación en una academia del Instituto Armado.
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Almería acogerá hoy la primera sesión del juicio contra los protagonistas del caso Roquetas, que, en 2005, le costó la vida al agricultor, que había sido detenido tras alertar de un accidente de tráfico.
El único de los guardias civiles que sigue prestando servicio a diario, el teniente Rivas, iba a ser ascendido a capitán, pero el nombramiento quedó paralizado como consecuencia del suceso. Las fuentes consultadas aseguran que el ascenso podría tener lugar este año, aunque dependerá también de la sentencia de la Audiencia.
Serán siete las jornadas durante las que se prolongará el proceso, en el transcurso de las cuales serán interrogados 29 testigos y 17 peritos.
La juez Társila Martínez ha rechazado como prueba un informe forense del Instituto de Medicina Legal de Granada presentado por la acusación, aunque ha autorizado el visionado de las grabaciones del circuito cerrado de televisión del acuartelamiento.
En concreto, el auto de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, dictado el pasado 5 de febrero, consideró pertinente la petición del Ministerio Fiscal de admitir como prueba de acusación el DVD que muestra la llegada de Juan Martínez Galdeano, una vez detenido, a las dependencias del Instituto Armado en Roquetas en la tarde del 24 de julio de 2005.
En este DVD, que recoge la grabación de las dos cámaras del patio, el agricultor fallecido llega con una camisa manchada de sangre. Mantiene un forcejeo con dos guardias civiles y durante el mismo pierde los pantalones.
Galdeano entra en las oficinas del cuartel y regresa al patio. Una segunda cámara recoge otro forcejeo con los agentes y cómo la víctima se desploma sobre el suelo y es atendido, 25 minutos después, por los facultativos sanitarios que llegan en una ambulancia.
DVD como prueba
Tanto la acusación como la defensa no consideran el DVD como la prueba pericial más importante, a pesar de que, como asegura José Ramón Cantalejo, abogado de los acusados, desvela «cómo durante dos minutos, con Galdeano en el suelo atado de pies y manos y sujeto por otros cuatro agentes, el teniente, armado con una porra extensible y otra eléctrica, le propina siete golpes con cada una de ellas».
Para las partes, la pericial más importante es el informe elaborado por los facultativos del Instituto de Medicina Legal de Almería. La autopsia desvela detalles tan importantes como una fractura del esternón, consumo de cocaína y la presencia de 54 golpes en el cuerpo de la víctima.
Por otro lado, el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) publicó el pasado día 14 un edicto de la Audiencia Provincial de Almería para citar a una testigo del caso, identificada como S. P. R., que se encuentra en paradero desconocido. La Sección Tercera la requiere «bajo apercibimiento legal» para prestar declaración el próximo día 29.
La testigo propuesta por la acusación particular y el Ministerio Fiscal trabajaba de camarera en la confitería Virgen del Rocío, situada a apenas 100 metros del cuartel donde ocurrieron los hechos, y relató a este periódico cómo se produjo la agresión. Así, dijo ver al teniente dando golpes al fallecido con la porra eléctrica y a otros agentes pegándole patadas y puñetazos.
S. P. R. declaró días después de los hechos ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Roquetas de Mar haber tenido «la impresión» de que los guardias civiles «le estaban dando patadas a algo». Afirmó, asimismo, haber visto cómo en determinado momento los agentes «se echaban las manos a la cabeza».
Esta comparecencia ante la juez instructora del caso, Estefanía López, se produjo después de otra citación a la que la camarera no acudió alegando que no sabía que le habían llamado.