Lunes, 19 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6301.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Toros
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Abrigamos muchos prejuicios si no dudamos, alguna vez, de todo en lo que hallemos la menor sospecha de incertidumbre (Descartes)
 MADRID
Casa de Campo
Pastor sin rebaño por un burro
El Ayuntamiento quiere rescindir el contrato a Julio de la Losa, el pastor de la Casa de Campo. Argumenta que las ovejas, unas 1.100, pastan descontroladas y por terrenos protegidos y que el pastor va con un burro que no permite el acuerdo. De la Losa, que dice que ha respetado el contrato, va a recoger firmas de apoyo. «Las ovejas y el burro son el orgullo de todos los madrileños»
ROBERTO BÉCARES

Al burro Romero los niños le toquetean las orejas y el lomo como si fuera el osito de Mimosín. «Los niños están encantados. Los padres que vienen por la Casa de Campo dicen que para que los niños vean ovejas y burros tienen que pagar en granjas escuela», dice Julio de la Losa, abulense, tez curtida por el implacable sol, el pastor que desde 2005 transita varios meses al año por la Casa de Campo con sus 1.100 ovejas merinas trashumantes y 200 corderos.

Publicidad
Dice Julio que últimamente anda con «muchos nervios». El Ayuntamiento ha iniciado un proceso administrativo para rescindir el contrato que firmó con él para el aprovechamiento de los pastos de las laderas más verdes de la capital. Según Federico Sepúlveda, director de Patrimonio Verde del Ayuntamiento, Julio «ha incumplido el contrato». Que si las ovejas pastan por zonas protegidas y han dañado árboles. Que si los animales han estado sin vigilancia. Que si sus perros no tienen permiso, y por último: que ha colado a su burro cuando sólo tiene permitido ganado lanar.

Al pastor es mentarle lo de Romero y se pone en tensión. «¡Pufff! En eso, igual tienen razón, pero... ¡si por aquí todos los días ves a gente con caballo! Dime, ¿qué mal hace mi burro?». El abulense vive su incertidumbre de rumores. «He tenido que buscar un abogado, pero todavía no le han contestado desde el Ayuntamiento», explica apesadumbrado; él, cuyas reglas, llanas pero honradas, piensan que eso de rescindir contratos no es de ley, sobre todo cuando las ovejas hacen tanto bien, como admite el Ayuntamiento.

«Las ovejas son ecológicas. Dan abono a la hierba y, al comerla, disminuye el combustible para posibles incendios», explica Julio, que se siente arropado: «Los madrileños están conmigo, están orgullosos de las ovejas y del burro». El pastor dice que no ha incumplido el acuerdo. «En el contrato no venía nada de zonas acotadas y las ovejas no están descontroladas. Tienen que pastar separadas para no atacar al monte».

Su abogado, Borja Paredes, incide en ese argumento. «Los terrenos que dicen que están protegidos no están físicamente delimitados con vallas; además Julio tuvo constancia de esas zonas en un anexo que le dieron después de firmar el contrato», explica Paredes, que dice que si las ovejas han podido dañar árboles reforestados es porque «no se han protegido». Sobre el supuesto descontrol de los animales, «el contrato no especifica que tenga que estar él constantemente con ellas. Además, ¡si son 1.100 ovejas!», indica.

Desde el Ayuntamiento afirman también que De la Losa no respetó la época de pastoreo el año pasado, del 1 de noviembre al 30 de mayo, y se quedó más tiempo. «Eso es mentira. Yo, el 22 de mayo del año pasado, estaba en Buitrago con la trashumancia de la Comunidad», exclama Julio, que por cuatro años de uso de la Casa de Campo paga 48.000 euros.

Durante los últimos dos años, la Unidad de Medio Ambiente de la Policía Municipal le ha puesto 39 multas. Sanciones por tener los perros sin permiso, por abandonar el ganado, por la invasión de ovejas en las carreteras... El pastor se queja de que le están haciendo la vida imposible. «Me tuvieron encerradas las ovejas 48 horas porque decían que no reunían las condiciones sanitarias. ¡Pero si tienen todos los controles pasados! Tienen la carta verde y están vacunadas contra la lengua azul», dice Julio, que cree que le quieren echar para meter máquinas para cortar el césped.

Borja Paredes también piensa que quieren deshacerse de Julio. «Le han quitado el código de pastos y han reconocido que no había lugar para ello. Todavía no se lo han devuelto. Sin él, no puede vender cabezas de ganado, lo cual es un daño enorme», aclara Paredes. Mientras, Julio, que recoge firmas de apoyo, piensa que su despido es una afrenta a los pastores. «Si me rescinden el contrato, no pasará ninguna oveja por La Castellana».

El Ayuntamiento no aclara si se contratará a otro pastor o si se anulará el contrato, que expira en 2008. «El pasto de las ovejas es favorable para la Casa de Campo siempre que sea ordenado. Ahora mismo estamos en este proceso y hay que respetarlo», dice Sepúlveda.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad