Antes de partir hacia Ifema, desde donde salió la caravana, los seis pilotos del equipo comparecieron ante los medios en el Palacio. Con rostros de sueño propios de mañana de domingo atendieron a los periodistas, centrándose los focos en el ídolo local, Dani Pedrosa, y el campeón del mundo de MotoGP, Nicky Hayden. Sus compañeros de 250 cc., Julián Simón y Shuhei Aoyama, y los jóvenes de 125, Esteve Rabat y Bradley Smith (17 y 16 años), escucharon a sus mayores.

Tras la rueda de prensa, los pilotos subieron al minibús directos al recinto ferial, aclamados por unas 50 personas que se habían congregado dos horas antes del inicio del acto en la plaza del genial pintor. Incluso los trabajadores de parques y jardines dejaron de lado unos minutos sus rastrillos para verlos de cerca.

Desembarco en Ifema escoltados por la Policía. Los moteros reciben a sus compañeros ocasionales haciendo trabajar sus motores. En la comitiva, un invitado especial: Alberto Ruiz-Gallardón. El alcalde, mostrando su lado más cañero, realizó en moto el recorrido. Pedrosa le tenía preparada una sorpresa: su casco, obsequio al que el alcalde correspondió con un abrazo.

Arranca la tribu de Pedrosa. En cabeza, el español y Hayden, éste a lomos de una Honda CBR 1000. El recorrido: avenida de los Andes, avenida de América, María de Molina, Castellana, Cibeles, Alcalá, Jorge Juan y Lombia, hasta desembocar en la plaza de Dalí. La Policía no permite a los benjamines del equipo tomar la salida. Y es que esto no es el circuito, y sin carné no vale. La algarabía es generalizada al paso de los moteros, que son recibidos con asombro por el resto de conductores. Hayden, bajo la atenta mirada de las fuerzas de orden público, realiza un caballito para delicia de los fans. El cortejo se alarga por la Nacional II a los cuatro kilómetros. Las cifras, como siempre, bailan separadas: 8.000 personas para la Comunidad y 5.000 según la Policía.

La plaza de Dalí, donde una plataforma a modo de box con pantalla gigante exhibe las motos de 800 cc., empieza a quedarse pequeña. La avenida de Felipe II hace de parking para algunos. Aunque la moto no es el único medio de transporte. «María, ¡estás a una estación de Hayden!», grita una muchacha a su amiga en el suburbano. Se respira ambiente de carrera. Los moteros que han participado en la caravana ascienden por las escaleras del parking anexo al Palacio, mono y casco en ristre. No faltan las exuberantes chicas de Repsol, que hacen subir la temperatura.

El periodista Javier Capitán ejerce de maestro de ceremonias. Junto al campeón del mundo de trial indoor Toni Bou, se encarga de presentar a los pilotos, que acceden al box por categorías. El delirio llega con Pedrosa y Hayden. Tras responder a las preguntas de cuatro afortunados seguidores, el ex líder de Café Quijano, Manolo Quijano, acompañado de los pilotos Nani Roma y Marc Coma, lee un manifiesto en favor del uso de la moto y contra los guardarraíles. Y cuando los protagonistas se han marchado, los aficionados toman su lugar para fotografiarse con las máquinas de sus ídolos. Después, turno para el pincho y las cañas, que es hora. Pero con moderación, que para la próxima cita, el domingo en Jerez, hay que llegar entero y con todos los puntos.