DARIO PRIETO
QUÉ: Tercera Edición de las 'Blackbook Sessions'
CUANDO: Ayer por la noche, en la terraza del Hotel Puerta de América
POR QUÉ: Fue una «sesión inolvidable» en un «marco incomparable»
Lo de «marco incomparable», una expresión de esas de penalti y expulsión en el periodismo, vale para hablar de la Tercera Edición de las Blackbook Sessions en la terraza del Hotel Puerta de América, que ayer se celebró en Madrid. Para el madrileño de a pie, por mucho que digan que ya semos europeos, sigue siendo motivo de alucine el caminar sobre suelos de cristal a 13 pisos de altura, una buena vista del skyline, ahora que empieza a haber rascacielos, y una sesión de música negra de altura.
La tercera fiesta del colectivo musical surgido en torno a la tienda Lanikai contó con la presencia doble de Dego, componente del grupo de drum'n bass y electrónica 4 hero. De un lado, su nuevo proyecto, el grupo de acid jazz Black 2000. Del otro, su faceta como disc jockey.
Pero hay que insistir en que, al principio, resultó muy difícil fijar la atención en el aspecto musical. En primer lugar, las vistas. A la derecha, el skyline que marcan los rascacielos de Madrid desde las Torres KIO hasta la plaza de Colón; casi tan bueno o más que el de las tetas de Vallecas. Un poco más al centro, las Torres Blancas. Al frente, el Pirulí. Y a la izquierda, la perspectiva de la Avenida de Barcelona bajo los aviones que aterrizan.
En segundo lugar, por la vista interior para ambos sexos: colección de pibones y chulazos que se aparecían a los ojos del espectador que, incauto, había depositado 20 euros para un concierto. Cuando la cosa tomaba tintes de película de Paco Martínez Soria, el groove negro y caribeño de Black 2000 elevó un par de plantas el edificio y convocó a los despistados, a los que contemplaban la exposición del fotógrafo Juan Varela y a los que estaban alucinados todavía. En la pasada edición de las Blackbook Sessions, el encargado de amenizar la velada fue el japonés Dj Krush, y el escenario elegido, la Sala de Columnas del Círculo de Bellas Artes. La idea es, como explicaron los organizadores, dotar a Madrid de una propuesta atractiva musicalmente en lugares con encanto.
|