La ofensiva de la industria del automóvil en el terreno de los coches de bajo coste no ha hecho titubear a General Motors, que guarda precisamente para Chevrolet el papel de marca global de acceso al resto de su oferta en Opel, Saab, Hummer, Cadillac...
«El coche de bajo coste no es una fórmula nueva y la decisión de emplear arquitecturas amortizadas es más arriesgada de lo que parece. Más que una nueva vía abierta por la industria del automóvil, me parece una moda por la que muchos dicen apostar desde hace tiempo, aunque no acabo de ver los resultados», opina el vicepresidente de General Motors, Bob Lutz.
El escepticismo de Lutz no parece justificado si se tienen en cuenta las últimas estimaciones de la consultora Roland Berger sobre este mercado. En el plazo de cinco años, la demanda de coches baratos podría alcanzar 18 millones de unidades anuales impulsada fundamentalmente por China y la India, pero con una participación mayor de la esperada en los principales mercados.
La referencia actual en este mercado es el Logan de la marca rumana Dacia, perteneciente a Renault. Su éxito en Europa ha sido rotundo, con la fábrica rumana de Pitesti trabajando a marchas forzadas, ampliaciones de producción en Marruecos y un inicio comercial explosivo en Irán, donde sólo en las primeras semanas se registraron cerca de 100.000 pedidos del modelo. Fiat con su Palio, Chrysler en su alianza con la china Chery o Toyota con el anuncio de su próxima entrada en este mercado han añadido más presión al resto de fabricantes.
En parte, General Motors se muestra relajado porque ya ha hecho buena parte de su trabajo. Todo lo que el Logan aspira a ser para Renault, lo pretende Chevrolet en General Motors y quizás algo más, porque cuenta con una gama más desarrollada. Chevrolet es su nueva marca global del grupo estadounidense, la que vende más millones de vehículos en Australia, China, Estados Unidos, Francia, Colombia o Egipto.
En lo que se refiere a Europa, el trabajo de General Motors a la hora de introducir Chevrolet ha consistido más en consolidar la red de distribución y dar a conocer la gama de modelos que anunciar la propia marca, fundada hace 96 años.
Con 341.000 unidades vendidas en 2006, Chevrolet se propone este año dar el gran salto en Europa con la introducción de nuevos motores diésel de dos litros y 121 caballos en modelos como el Lacetti y el Nubira en abril y mayo, una novedad que le dará acceso a la parte del león del mercado europeo. Ya en verano, el todocamino Captiva incorporará la mecánica de gasóleo.
Más adelante, en noviembre, llegará el HHR, modelo de diseño retro con el que Chevrolet pretende dar más lustre a su oferta. Después, en 2009, será el momento para la llegada del deportivo Camaro.
Los cambios se siguen sucediendo así con velocidad en la marca barata de General Motors. En 2004 Europa vio cómo Daewoo se convirtió en Chevrolet de la noche a la mañana, con unos coches que seguían procediendo de Corea pero llevaban ya el emblema de la marca norteamericana. La red de concesionarios europea de General Motors acogió este cambio con cierta sorpresa y una sensación general de que a Opel, la marca de volumen del grupo en Europa, le salía un duro competidor , una tesis que el grupo estadounidense desmiente con rotundidad.
«Chevrolet es una marca de base donde lo que cuenta es el precio, mientras que en Opel hay diseño, versatilidad y dinamismo», explica el director comercial de Chevrolet en Europa, Wayne Brannon. «No hay problemas con la red de Opel, que cada vez está más interesada en asumir la venta de Chevrolet. Estoy seguro de que en un mismo concesionario, si Opel rebaja su precio, nos roba el cliente», opina.