Jorge Lasheras, presidente de Yamaha Motor España, explicó que esto ha sido posible por el tipo de modelos que actualmente se montan en ella. El pasado año sólo el 45% correspondió a ciclomotores de 50 centímetros cúbicos, mientras que el resto fueron scooter y motos de hasta 250 que implican más horas de trabajo y aportan un mayor valor añadido. Éste es el caso del modelo X-Max de 250, que se empezó a fabricar en España a finales de 2005 y que supone el triple de horas de trabajo que un ciclomotor de 50 centímetros cúbicos. Sin embargo estima que hay futuro para vehículos de esta pequeña cilindrada.

La previsión para este año es producir un número similar de unidades, pero incrementar las horas de trabajo de la planta en un 4%. Para ello, la plantilla media, que en 2006 fue de 530 personas, llegará este año a las 570.

«La estrategia para la expansión de la fábrica es movernos en cilindradas más altas y reducir los costes de diseño y compra de componentes», explicó Lasheras. Para abordar la segunda parte de esta estrategia, la filial española se beneficiará de que Yamaha Motor Europa ha centralizado en Milán, desde hace un año, su centro de diseño, que trabaja para las diferentes factorías. «También estamos estandarizando nuestros componentes y tenemos centrales de compras globales en Japón, Taiwan, Shanghai y Bangkok, lo que nos permite acceder a proveedores de bajo coste, adecuados para sostener la competitividad de las plantas europeas», dijo.

El buen comportamiento de los mercados europeos de las dos ruedas permitió que Yamaha Motor España alcanzase en 2006 una facturación récord de 461 millones de euros, un 26% más que en 2005. El 70% de la producción total de Yamaha Motor España se destinó a la exportación. La compañía trabaja ahora en la puesta a punto de nuevos modelos para 2008 y mantiene su política de «lanzar un nuevo producto al mercado cada año o año y medio».

Mientras que en el sector del automóvil China es una amenaza, en el de la motocicleta es una realidad. El año pasado ya había más de 25 marcas implantadas en España, que cubrían el 6% del mercado de ciclomotores de 50 cc. y el 10,7% del de 125, el de mayor crecimiento. En los dos primeros meses de 2007 ya suponen el 7,7% del mercado de 50 y el 15,5% del de 125.

Lasheras, que preside la asociación de fabricantes de motocicletas Anesdor, explica su éxito por razones de precio y alerta de que suponen un peligro para las plantas europeas. «Serían bienvenidos», dice, «si trajeran diseños originales, pero muchas veces son imitaciones de modelos europeos o japoneses». Por eso reclama a las administraciones «mayor protección de la propiedad intelectual de los fabricantes», que ahora tienen que defenderse ellos mismos cada vez que les copian un modelo.