En su reunión semanal, el Consejo de Ministros israelí decidió casi por unanimidad continuar con el boicot económico a los palestinos.

Sin ningún voto en contra, 19 ministros votaron a favor de seguir con el aislamiento y tan sólo dos titulares se abstuvieron, Raleb Mayadle, del Partido Laborista y representante de la minoría árabe del país, y la ministra de Educación Yuli Tamir, del mismo partido.

Asimismo, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, reiteró que aunque no suspenderá los contactos con el presidente palestino, Abú Mazen, considerado por Israel como una figura moderada, éstos se limitarán a asuntos relacionados con la «calidad de vida de los palestinos que viven en los territorios bajo control del Estado israelí».

De esta forma, Olmert descartó la reanudación de las negociaciones de paz, un objetivo que la secretaría de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, anunció en su visita a la región el pasado febrero. «No podemos contactar con el Gobierno o con ministros que forman parte de él si pensamos que este Ejecutivo no admite las condiciones de la comunidad internacional [representada por el Cuarteto de Madrid (EEUU, ONU, UE y Rusia)]», dijo Olmert a sus colaboradores.

En sus primeras declaraciones desde que se formó la coalición palestina, Olmert afirmó que «el programa del nuevo Gobierno comprende elementos muy problemáticos que no pueden ser aceptados por Israel o por la comunidad internacional».

El Gobierno palestino preconiza la «resistencia contra el Estado hebreo en todas sus formas», dijo Olmert, en alusión al discurso del pasado sábado del primer ministro palestino, Ismail Haniya.

El primer ministro israelí llamó además a la «la comunidad internacional a no equivocarse con la creación de este gobierno de coalición». De hecho, Israel ya está teniendo dificultades para conseguir el apoyo de la comunidad internacional. El nuevo Gobierno contiene varias personalidades reconocidas y valoradas internacionalmente que dificultarán la continuación del embargo económico impuesto por Occidente a los palestinos.

Entre ellas, figuran el ministro de Finanzas y ex alto funcionario del Banco Mundial, Salam Fayad, y el de Exteriores, Ziyad Abú Amer, licenciado en Ciencias Políticas por la universidad estadounidense de Georgetown, y quien ya ha recibido una invitación oficial del Gobierno francés. Ambos ministros planean una gira en los próximos días por países árabes, por Europa y por EEUU, para tratar de levantar el boicot político y económico.

Noruega, patrocinadora de los Acuerdos de Oslo entre palestinos e israelíes, ha anunciado la normalización de sus relaciones político-económicas con el nuevo Gabinete.

La UE dio la bienvenida a la formación del Ejecutivo, pero reiteró que esperará a ver cómo actúa antes de decidir si reanuda las ayudas directas al Gobierno.

Washington, como era de esperar, reaccionó fríamente al anuncio palestino y aseguró que boicoteará a los ministros de Hamas y, al igual que Israel, mantendrá relaciones con el presidente palestino. La alusión al «derecho a la resistencia [en el discurso de Haniya] es inquietante y contradice directamente los principios del Cuarteto de renunciar a la violencia», dijo el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Sean McCormack.

Respecto al resto de los titulares, los miembros de Al Fatah y los independientes, EEUU ha decidido mantener una postura ambigua y ha declarado que, «en función de la situación», estudiará los contactos con aquellos que no son miembros del movimiento islámico.

Mientras, ayer, en la Franja de Gaza, se celebró la primera reunión del nuevo Consejo de Ministros. El asunto central fue poner fin a los enfrentamientos palestinos de estos últimos meses. «Sabemos que es una misión difícil y que no será fácil, pero está a la cabeza de nuestras prioridades en el gobierno de unidad», afirmó el titular de Información, Mustafá Barguti.