Normalmente, decirle a una mujer que sus besos saben mejor que una patata asada no haría a un hombre acreedor de muchos aplausos. Pero la revelación de que el primer ministro de Finlandia, Matti Vanhanen, le dijo exactamente eso a su novia, parece haberle granjeado mucho más apoyo que desprecio.
Al contrario de lo que temía el partido de centro liberal-conservador, el hecho de que su antigua novia publicara un libro de confidencias sentimentales no ha supuesto un golpe para sus oportunidades, sino que impulsó a Vanhanen en su carrera política.
En La novia del primer ministro, Susan Kuronen, una mujer de 36 años, madre de tres niños y dos veces divorciada, y que conoció a Vanhanen (que ahora tiene 51) gracias a un portal de citas en internet, revela los detalles de sus nueve meses de relación, desde su inicio (una cita en Ikea) hasta el final (un mensaje de texto que llegó al Nokia del primer ministro y que decía: «Eso es todo»).
Los finlandeses son famosos por su carácter seco, así que resulta un tanto sorprendente, primero, que elijan a un primer ministro como éste, y, segundo, que les hayan deleitado los detalles picantes de su relación. Desde sus visitas a la sauna y sus escapadas a su casa de campo (situada a las afueras de Helsinki) hasta los detalles de sus cartas y mensajes de texto al móvil, pasando por su amor a las patatas asadas, el retrato de Vanhanen en el bestseller de Kuronen le ha ayudado a transformar su imagen.
De ser aquel burócrata abstemio y aburrido (con el «carácter de una duna de arena», según le describieron en alguna ocasión), aficionado a los pantalones de pana y los jerseys de lana y que dedicaba su tiempo libre a cortar madera y a hacer bricolaje, ha pasado a convertirse en una especie de ídolo. Por algo el presidente francés, Jacques Chirac, presentó a Vanhanen al jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, como «el hombre más sexy de Finlandia». La revista femenina Evaa coincide con la valoración de Chirac, según un sondeo.
Hay quien acusa a Susan Kuronen de haber ido demasiado lejos: más de 45.000 firmas apoyan una protesta contra el libro colgada en internet y algunos libreros se niegan a venderlo.
Vanhanen, que se divorció en 2005 y tiene dos niños viviendo con él, dice que lo ha leído. Lo único que ha desmentido es que Susan Kuronen estuviera al tanto de sus conversaciones telefónicas nocturnas sobre asuntos de Estado, como ella cuenta en su libro.
Sin embargo, ha comparado con la Stasi a los tabloides finlandeses Iltalehti e IltaSanomat, por el papel que han desempeñado publicando la historia de Kuronen. «En Finlandia no queremos ningún tipo de fundamentalismo, ni tampoco una versión comercial de la Stasi», escribió el primer ministro en un artículo.
«Aunque antes le criticaban su falta de carisma, tiene en su haber el consenso por cuatro años de buen gobierno y una buena gestión de la presidencia de la UE», explica Markus West, del Hufvudsbladet. Su estoicismo le ha hecho merecedor de aún más elogios. «Este hombre es un fenómeno», dice Bjorn Mansso, analista. «Todo el asunto le ha resbalado como si llevara un abrigo de Teflon».