el comunicado que emitió el pasado martes la Embajada de EEUU en Argelia despertó la alarma en la Reina que esa misma tarde se encontraba junto a Don Juan Carlos en visita de Estado al país magrebí. La nota de la legación estadounidense advertía sobre la posibilidad de que un grupo de extremistas islámicos estuvieran planeando atentar contra un avión comercial en Argelia con trabajadores occidentales a bordo.
Doña Sofía se enteró de la noticia cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, la comentaba con miembros de su gabinete. Fue entonces cuando la Reina pidió que se le dieran detalles y, al caer en la cuenta de que los periodistas españoles que habían viajado a Argel para cubrir informativamente la visita real tendrían que tomar vuelos comerciales argelinos para trasladarse a Orán y después a Madrid, sugirió insistentemente la idea de traerlos a España en el avión oficial, el Airbus de la Fuerza Aérea Española. Fueron los responsables de Protocolo quienes finalmente hicieron ver a Doña Sofia la imposibilidad de hacer sitio en el avión a tantas personas, habida cuenta de que en esta ocasión los Reyes viajaban acompañados, además de por Miguel Angel Moratinos y su equipo, por el ministro de Industria, Joan Clos.
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