El respaldo irracional a la propia ideología
Sr. Director:
Le felicito por su artículo Navarra, nuestras Termópilas (EL MUNDO, 18 de marzo de 2007). Los parangones que hace con aquella batalla son realmente afortunados. Sepa además que, pese a considerarme bastante crítico y racionalista, suelo estar de acuerdo con cuanto usted expone en las tertulias en que participa. ¿Sabe una cosa? Durante la mayor parte de mi vida adulta me he considerado socialista.
Bueno, en realidad comencé comunista, tras leer a Marx, Engels y Rosa Luxemburgo. Luego una reflexión más profunda y la realidad de cuanto había pasado en la Historia y seguía pasado en los paises del socialismo real me hizo ir matizando mis posiciones anteriores. Hoy me creo socialdemócrata. Pero sinceramente, cuando hablo con amigos que provienen de la misma línea, soy incapaz de entender que irracionalmente, sin ser capaces de exponer fundamento alguno medianamente serio, defiendan irreflexivamente las posiciones del actual Gobierno y partido socialista. Por extremado, no comulgo demasiado con Federico Jiménez Losantos, pero ante este fenómeno pienso a veces que la palabra «secta» que emplea a veces para definirlo puede ser acertada. Y me pregunto cuándo mis antiguos amigos y camaradas perdieron la facultad de razonar.
Ricardo Suárez-Bárcena. Correo electrónico.
El inverosímil suicidio del piso de Leganés
Sr. Director:
Hay que reconocer que los terroristas, que se inmolaron en Leganés fueron muy amables dejando algunas horas a los vecinos del bloque de pisos para ponerse a salvo. Normalmente los terroristas no suelen ser tan amables. También hay que reconocer que estos terroristas además de considerados fueron algo necios, porque perdieron mucho tiempo y dinero en preparar las mochilas-bomba con un sofisticado sistema de teléfonos que habrían podido ahorrarse si se hubieran inmolado directamente en los trenes. Pensándolo bien, me resulta más fácil creer en Papá Noel que en esta versión oficial del 11-M, posiblemente porque soy un hombre de poca fe y dudo en creerme los dogmas oficiales.
Alberto Lucarelli. Madrid.
Horas extraordinarias ilegales y mal pagadas
Sr. Director:
Trabajo en una empresa donde tengo grandes responsabilidades. De mis decisiones depende la salud de personas que acuden a la empresa en busca de ayuda. Dicha empresa me obliga a realizar horas extraordinarias de forma continuada, tanto nocturnas como en sábado, domingo y días festivos.
Pese a que la ley establece que no pueden realizarse más de 80 horas extraordinarias al año, la empresa me obliga a hacer entre 58 y 100 horas extraordinarias cada mes.
No puedo negarme a realizarlas porque me expongo a una severa sanción. Además, por cada una de las horas extraordinarias realizadas, la empresa me paga poco más de la mitad de lo que cobro por una hora normal. La administración es conocedora de todos estos hechos y permite que se sigan produciendo con toda impunidad. Ya no sé que hacer, por lo que he decidido acudir a los medios de comunicación para dar a conocer mi problema (que es el de miles de trabajadores en todo el país), con la esperanza de que se pueda resolver lo antes posible. Gracias por su colaboración.
Se me olvidaba una cosa... Soy médico contratado por una Consejería de Sanidad de una comunidad autónoma.
Eduardo González. Correo electrónico.
La Ley de Igualdad, una ley muy machista
Sr. Director:
Una de las mayores barbaridades recogidas en esta Ley de Igualdad, totalitaria y en el fondo machista, es la imposición de la paridad en los consejos de administración de las empresas privadas.
Las empresas que tengan en sus equipos mujeres capaces (que cada vez son más) las incluirán en sus consejos de administración, con o sin la ley machista de Zapatero; las que no las tengan en número suficiente nombrarán consejeras a las esposas (o a las queridas) de los consejeros, hasta obtener la paridad impuesta y habremos conseguido de este modo la figura de consejera florero (lo que no deja de ser un escarnio para las mujeres), al estilo de las que ya padecemos ministras florero en el Gobierno actual, aunque aquí se notan menos porque también abundan, por su baja preparación, los ministros florero.
¿Por qué en vez de ocuparse de estas chorradas no se dedica Zapatero a gobernar?
cartas.director@elmundo.es
José Luis Rodríguez. Correo electrónico.